miércoles, 21 de octubre de 2015

C. III MARX Y LA POSMODERNIDAD

III.        MARX, CAMBIO DE PERSPECTIVA, PENSAR DESDE SITUACIÓN
        


 MARX, (1818 – 1883)  


a


Es el gran olvidado, al parecer sólo algunos radicales y yihadistas lo leen. De los tres maestros de la sospecha fue el que cayó con más celeridad, su doctrina se convierte en una utopía social realizada  que cae, y ya se sabe del árbol caído...
Pero no hay que desechar un pensamiento en bloque.



            1. SITUACIÓN DESDE LA QUE FILOSOFA

            La realidad política en el S. XIX se caracteriza por una primera mitad en que predominan las revoluciones burguesas y una segunda en que se suman el expansionismo colonialista de las potencias avanzadas en el exterior y las revoluciones obreras en el interior.

            Ya hemos hablado en el tema introductorio de la situación social  a fines del S. XIX;  a pesar de los grandes adelantos en el campo de la ciencia, la industria y la técnica, en la organización política y social, se ha creado una dinámica de insolidaridad sin salida: una producción pensada desde el capital, sobre las bases del afán de lucro y la acumulación,  olvidada de las condiciones humanas que la hacen posible: situación de explotación que aliena a una gran mayoría de la humanidad. Y todo ello basado en un  sistema consumista que es incapaz de satisfacer.
Es lo que Sloterdijk llama ecología del dolor cuya necesidad de equilibrio dará lugar a las revoluciones proletaria [1], feminista, y demás movimientos de todo tipo (anarquismo, fascismo, antisemitismo…)
Como ya vimos similar a la ecología del dolor está la termodinámica de la ilusión: “principio de conservación de la energía creadora de ilusiones”. Se derrumban ídolos pero permanece la fuerza que los crea. En esta dinámica entra la propuesta de Marx.


            2. EL MATERIALISMO DE MARX

            a. El materialismo histórico.
            A la base de esta concepción del mundo está la experiencia del joven Marx.
            A los 24 años (1842) es colaborador y luego redactor de una revista liberal: La gaceta del Rin, que será suprimida por la autoridad prusiana al año siguiente. El idealismo del joven Marx encuentra el primer choque con la realidad. La idea de que el Estado representaba razón según enseñaba el idealista Hegel no parece estar muy de acuerdo con la experiencia que vive Marx.
            Experiencias sucesivas de la vida política llevan a Marx a colocarse desde el punto de vista de los oprimidos, a pensar desde la perspectiva del proletariado. Esta nueva  perspectiva le hará repensar sus anteriores  convicciones idealistas y tantear posturas acordes con el grupo humano desde el que piensa.
            "En ayuda de Marx vino, en aquél momento, la obra de Feuerbach, recién aparecida” (l.843).
            De él toma dos ideas claves:
. No es Dios el que crea al hombre, sino éste es el que crea a Dios.
. La naturaleza está antes que el espíritu, lo material antes que el pensamiento.

            Pero enseguida advertirá que el hombre de Feuerbach  es algo de otro mundo que no tiene en cuenta la importancia del trabajo. Lo mismo que su idea de naturaleza es vista como algo muerto sin entender sus continuos cambios.

            Marx reconoce el mérito del idealista Hegel de haber sido el primero que vio la importancia del trabajo y entendió que el hombre es producto de su trabajo. 

            Marx distingue:
            - Hay un materialismo vulgar: que reduce todo a átomos y moléculas que dan origen a todas las cosas. Reduce la Historia a simples procesos  biológicos, éstos se basan en cambios químicos y en el fondo todo quedaría en movimientos de esos átomos. Así las guerras serían movimientos musculares, procesos bioquímicos, danza de átomos.
            - Pero él defiende un materialismo histórico: considera que en los cambios que experimentamos a través de los tiempos  no importan tanto los átomos y las moléculas o las ideologías como  esa realidad viva que está en el fondo: "el hombre trabajador".
            Admitiendo átomos y biología en la base de toda organización, considera que es el  hombre trabajador la auténtica base de los cambios históricos, sus formas de asociarse para satisfacer sus necesidades y relacionarse con la naturaleza son las que explican los procesos: Es una base material, más que los procesos invisibles de los átomos.  El trabajo es el punto en que se encuentran el hombre con el hombre y el hombre con la naturaleza.
             “El materialismo adopta el punto de vista de la humanidad socializada por el trabajo: mientras las relaciones sociales estén desgarradas y  divididas el hombre estará proyectado fuera de sí, desgarrado. No basta criticar la religión,  hay que echar abajo todas las relaciones humana en que el hombre es un ser humillado, esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable". (Ver Bloch, El principio esperanza, pág.  260).

            b) Algunos conceptos claves del materialismo histórico.

            - Producción  es la forma en que los hombres proveen conjuntamente a su subsistencia. Constituye, no sólo la diferencia esencial entre el hombre y el animal, sino también la explicación última de los procesos históricos.
            Las  fuerzas productivas (fuerza de trabajo humana e instrumentos de trabajo).
            Las  relaciones de producción  dependen del lugar que se ocupa en la división del trabajo y apropiación del beneficio. Y esto da lugar a los distintos modos de producción: de explotación  o de colaboración.

            - Estructura conjunto de cosas interrelacionadas.
            . La  infraestructura  es la base real de la sociedad y se define por las relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores.
            . La  superestructura  viene constituida por las distintas formas de la conciencia social. Fundamentalmente por lo jurídico-político y lo ideológico.
           
            La infraestructura es la que determina en última instancia a las superestructuras. Es siempre la estructura determinante pero no siempre la dominante: en Grecia dominaba la estructura política, en la Edad Media la ideológica, hoy la económica. Pero siempre las relaciones de producción han estado a la base.

            - Clases sociales son grupos sociales antagónicos, uno de los cuales se apropia del trabajo del otro, a causa del lugar diferente que ocupan en la estructura económica de un modo de producción determinado. La forma en que se relacionan con los medios de producción determina ese lugar. En la sociedad capitalista hay una clase que posee los medios de producción y otra que, al no poseerlos, debe trabajar  para la primera si quiere acceder a los medios de su subsistencia.
            La lucha de clases es el enfrentamiento de clases antagónicas por sus intereses. Se da tanto a nivel económico (mejoras salariales) como ideológico y político.
            La sociedad sin clases es el ideal de la sociedad marxista. Pero antes habrá de pasar por esta lucha que imponga la dictadura del proletariado y finalmente la supresión de éste como clase.
            Serán las clases sociales los sujetos que con sus antagonismos irán haciendo la historia. Y en particular será la clase obrera, la clase que ve la realidad desde un total espojamiento, la que encarne con pleno derecho los ideales emancipatorios de la humanidad.


            3. ALIENACIÓN (Ver: MARX, Manuscritos. MARCUSE, Razón y revolución)

            Alienación significa proyección al exterior de algo que se lleva dentro, así el artesano se proyecta o enajena en su obra.   
            La alienación para Marx tiene un carácter negativo, consiste en verse privado no sólo de tu propia obra sino también de tu propio pensamiento.

Así lo dice la copla:
 
Pero soltarme las manos
pero qué habré jecho yo
quitarme el pan que yo gano
y quitarme la razón.

            Pero mientras Feuerbach sólo se fija en la alienación religiosa, extrañamiento del hombre en un más allá que le impide realizarse aquí abajo; [1]
            Marx considera que se da una alienación económica que es la que hace que la exteriorización se vuelva contra el hombre.  El trabajo está alienado, el hombre no se reconoce en su propio producto y su labor se convierte en una fuerza enemiga.
             
            a) Relación obrero-producto:
    + Cuanto más trabaja el obrero, más poder adquiere el capital y menos medios tiene el obrero para apropiarse de su producto
    + El trabajo es víctima del poder que él mismo genera.
    + El producto es una entidad ajena, una fuerza que se ha hecho independiente de su productor y se vuelve contra él esclavizándolo.

            b) Relación obrero-actividad.
    + El obrero, alienado de su producto, es alienado de sí mismo.
    + El trabajo que debería ser medio de autorrealización del hombre,     de desarrollo pleno de sus potencialidades; en su forma actual es medio de autonegación, contradice la esencia del hombre, mortifica el cuerpo y arruina el espíritu.
    + El obrero se siente consigo cuando no trabaja y separado de sí cuando trabaja. Se siente libre en sus funciones animales: comer, beber, procrear... Es como un animal en su función más humana: en el trabajo.

            c) El resultado de la alienación es el deterioro de las relaciones humanas.
    + La separación entre el trabajo y su objeto lleva consigo la separación del hombre con el hombre: los hombres aislados y enfrentados entre sí se relacionan a través de los bienes que intercambian y no a través de sus personas.
    + Sólo cuentan las cosas en la sociedad capitalista, hay un culto a la mercancía: no se dan relaciones personales entre hombres sino relaciones objetivas entre cosas; esto hace que se presenten las relaciones sociales como relaciones objetivas sin contenido humano desconectadas de su origen y sin posibilidad de plantear su modificación.



            4. LA PRÁCTICA Y LA TEORÍA.


Práctica, en general, significa toda actividad distinta del conocimiento; en oposición a 
Teoría que significa conocimiento puro, mera consideración contemplativa.

            Marx dice “Hasta ahora los filósofos se han limitado a contemplar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”
            Lo primero que se supone es que el mundo puede ser transformado y que no está ya acabado tal como está.

Derkovits Gyula
            En una visión dinámica el mundo está cargado de posibilidades gracias al hombre y su capacidad de percibir límites y superarlos, de transformarse en el trabajo. Sólo en esta visión tiene sentido la praxis entendida como actividad humana que busca los medios adecuados hacia el ideal que el hombre se propone.

            Marx asume la perspectiva del que se siente parte activa en los cambios, del que se siente artífice en las transformaciones sociales e históricas, del hombre trabajador y del revolucionario. Sólo se conoce lo que de alguna manera se transforma.

            En Marx teoría y praxis están en constante reciprocidad: la praxis presupone teoría y alumbra la teoría nueva que necesita para seguir.
            El pensamiento cobra valor cuanto orientado a la praxis; la praxis cobra valor cuanto criterio último de verdad de la teoría. Pues el pensamiento sin sentimiento cae en la teoría abstracta y el sentimiento sin pensamiento cae en el misticismo (Tesis 8).  
            "El sentimiento del amor que no está él mismo iluminado por el conocimiento cierra precisamente el paso a la acción de ayuda para la que querría ponerse en marcha; se satura harto fácilmente de su propia excelencia, se convierte en la vaporosidad de una nueva autoconciencia aparentemente activa" (Bloch 267-8)
            La praxis, tanto la técnica como la política, se considera, como testimonio de que la teoría es concreta, o sea, funciona.
            Conocer y modificar han de entenderse como ampliación lo uno de lo otro y no como oposición. La filosofía no se supera sin realizarla en contra de lo que creen los pragmáticos, pero en la medida que se realiza se supera en contra de lo que creen los teóricos.  


            El fallo de Marx, según Habermas, es haber reducido sus análisis sociales y su sentido de la praxis a los aspectos económicos dejando de lado otros aspectos de la persona, así la práctica comunicativa o del diálogo, que abarca todos los campos de la realidad: nuestras  relaciones con las cosas y con los otros y con las normas que acordamos de forma conjunta.
            Habermas propone tomar como práctica social clave de la solidaridad la que se establece en la intercomunicación: "la relación intersubjetiva de individuos que se reconocen recíprocamente".

5. LA CRÍTICA A LAS IDEOLOGÍAS

a) El contexto.

La noción marxista de  ideología está íntimamente relacionada con la visión materialista de la historia y la teoría de la alienación.
En efecto,  si la realidad histórica está determinada por su infraestructura integrada por las fuerzas de trabajo y las relaciones de producción, y dichas relaciones en el modo de producción capitalista se caracterizan por la situación de alienación en que viven las masas que no poseen los medios de producción, ¿qué es lo que impide que el trabajador se apodere del fruto de su trabajo y así supere la contradicción de una sociedad desgarrada en clases antagónicas? 
   Naturalmente lo que lo impide son las superestructuras políticas que mantienen el aparato represor del estado en manos de la clase dominante, pero también las superestructuras ideológicas que desarrollan una visión invertida de la realidad justificando el dominio de las clases que detentan el poder. Es la situación que resume de forma caricaturesca el dicho del conde al obispo: "Manténgalos tontos para que me obedezcan,   que yo me encargaré de mantenerlos pobres para que le crean".
Es éste el sentido negativo de la noción de ideología desarrollado por Marx y Engels en   La Ideología alemana.

   b) La noción

   La noción de ideología,     en general,   no tiene por qué tener un carácter negativo, es más bien un conjunto de ideas  o representaciones que un grupo tiene de sí mismo, de sus relaciones entre sí y con el mundo y de su lugar en la historia.
Pero,  como quiera que cada grupo piensa desde su situación en la producción,   la ideología adquiere un carácter negativo y encubridor al presentarse como tal sólo las visión del mundo de la clase social dominante,   ignorando, consciente o inconscientemente,   su relación con el proceso productivo y la función que de hecho cumple en el mantenimiento de las situaciones históricas dadas.

En este sentido puede definirse en palabras de Bloch:   "Suma de representaciones con las cuales una sociedad se ha justificado y aureolado  con  la ayuda de la falsa conciencia"    ( El principio esperanza, Aguilar, 1977,  I, pg. 143).


c) Precisiones sobre el concepto de ideología

- Una tesis clave en el pensamiento marxista es que   pensamos desde una situación concreta, que lo que piensa el hombre es producto de la sociedad en que vive. Su conciencia refleja las formas de vida social,   las relaciones sociales.
- Por otra parte, toda clase que toma el poder se ve obligada,   para sacar adelante los fines que persigue,   a   presentar su propio interés como interés común de todos los miembros de la sociedad,   a presentar sus ideas como las únicas racionales y dotadas de vigencia absoluta
- Y una vez instalada en el poder la clase dominante, no sólo controla los medios para la producción material, sino también  los medios para la producción espiritual, lo que hace que se les sometan las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Por esto, en la sociedad escindida en clases,   la ideología tiene un carácter negativo en cuanto enmascara  la dominación.
- Los contenidos ideológicos de la conciencia ( religión,   moral,   política,   literatura...) no tienen entidad propia,  no constituyen una sustancia por sí, ni tienen su propia historia o su propio desarrollo a pesar de que la "conciencia ideológica" se figure las ideas como entidades con sus propias leyes,   desarrollos y dotadas de realidad sustancial. "Para mí - dice Marx - lo ideal no es más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre".
- En definitiva, la  función de la ideología no es otra que tratar de disfrazar,   sublimar y ocultar la situación de alienación de la sociedad de clases.
            Sólo una praxis ético-política adecuada hace posible una forma de conocimiento superador de ideologías.


            6. LA RELACIÓN HOMBRE - MUJER

Nos limitamos a citar un párrafo de su obra Manuscritos: Economía y filosofía. Ed. Alianza  1974. Págs. 140-142.

“La relación inmediata, natural y necesaria del hombre con el hombre, es la relación del hombre con la mujer.
En esta relación natural de los géneros, la relación del hombre con la naturaleza es inmediatamente su relación con el hombre, del mismo modo que la relación con el hombre es inmediatamente su relación con la naturaleza, su propia determinación natural.
En esta relación se evidencia, pues, de manera sensible, reducida a un hecho visible, en qué medida la esencia humana se ha convertido para el hombre en naturaleza o en qué medida la naturaleza se ha convertido en esencia humana del hombre.
            Con esta relación se puede juzgar el grado de cultura del hombre en su totalidad. Del carácter de esta relación se deduce la medida en que el hombre se ha convertido en ser genérico, en hombre, y se ha comprendido como tal; la relación del hombre con la mujer es la relación más natural del hombre con el hombre. En ella se muestra en qué medida la conducta natural del hombre se ha hecho humana o en qué medida su naturaleza humana se ha hecho para él naturaleza.”

Podría decirse que para Marx la forma de relacionarse el hombre y la mujer es la mejor medida de la cultura de un pueblo.






[1] El ateísmo clásico (Feuerbach) creía que con la muerte de dios se liberaba al hombre, al reapropiarse su esencia alienada en el ídolo de lo divino. Pero el ateísmo contemporáneo (Nietzsche) piensa que con la muerte de dios no hay reapropiación: negar a dios no supone afirmar al hombre: ni uno ni otro, ningún fundamento. 


    

BIBLIOGRAFÍA

Marcuse, Herber, Razón y revolución. Alianza 1976.
 Ernest Bloch, El Principio Esperanza. Aguilar, l977, T. I.
Girardi, Giulio  Marxismo y cristianismo. Taurus, 1977





[1]  Son los movimientos obreros, que estallan en la parte más débil de la economía capitalista, en la Rusia de 1917 a la que el capitalismo le pondrá cerco.

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