martes, 7 de febrero de 2012

FILOSOFÍA ORIENTAL


FRANÇOIS JULLIEN, UN SABIO NO TIENE IDEAS

Extracto e interpretación de Antonio Durán

Cap. I (Pág. 1-128)

Se nos presenta una aproximación al mundo que
- ni es filosofía
- ni religión
- ni utopías políticas o científicas.

+ es  SABIDURÍA, un pensamiento que sirve para vivir.

- ¿Saber de la infancia del pensamiento, que diría Hegel? ¿ =/= Saber demostrado de la Filosofía?

- Un saber sin un punto de vista particular que nos encasille y tape a los demás. Que no responde al deseo de conocer ni de aclarar misterios.  Sino que  asume la totalidad e invita a tomar conciencia de lo que tenemos delante dejándonos impregnar por ello, saborearlo sin intentar explicarlo. Lo encontramos en los primeros pensadores chinos, así como en  las tradiciones de la sabiduría popular.

Ej. Confucio: está abierto a lo que pueda venir, ni se aferra a una idea ni excluye ninguna posibilidad; ni anclado en el tiempo  en una posición. De la obstrucción viene todo mal; lo real es continuo proceso. Una perspectiva tan amplia como el cielo disuelve toda individualidad. Seguir el justo medio – no inmóvil aristotélico – sino capacidad de moverse entre los extremos posibles.   (Págs. 15-43).

Funciona con dichos que son como indicios que dejan entrever otras cosas a partir de lo que representa. No es una verdad universal.

- La filosofía, desde el horizonte de la mirada,  capta las esencias, la arquitectura del mundo, define rasgos generales. Sistematiza y abstrae.
- La sabiduría, desde la observación, capta el fluir de la realidad, el desarrollo del mundo,  señala destacando aspectos globales. Desarrolla variaciones, ensarta ideas por parentesco.

Ej. Confucio: “Estudiar y aplicar: una satisfacción; que vengan amigos de lejos, una alegría; ser ignorado por los demás y no experimentar resentimiento alguno ¿no es acaso ser un hombre de bien?  (45- 60).

Nietzsche y Heidegger pretenden un “volver a antes de la filosofía”, al devenir originario. (“Canto de la noche” en Zaratustra [1] ).
En China se toma la razón europea desde otras perspectivas: se centra en el empalme entre lo manifiesto y lo oculto desde una  perspectiva que no ha empleado la filosofía y sí en parte la teología. No pretende escrutar lo oculto ni realizar prodigios.
Se centra en lo próximo: la vía va contigo. Lo mismo que existe un oculto demasiado lejano, existe uno demasiado cercano y cotidiano, de manera que o no se le presta atención o no se agota en su manifestación. Tanto las palabras y acciones del sabio como los fenómenos de la naturaleza contienen en ellos toda la vía de la que procede sin cesar la realidad: lo oculto está en el seno de lo evidente. No hay que ir a otra parte a buscarlo. Ver Wittgenstein [2].
Estamos atravesados por fuerzas inmanentes siempre renovadas y siempre presentes pero siempre más de lo que se manifiesta.   (Págs. 61- 67).

La sabiduría no piensa en objetos.

- Grecia desarrolla  el principio de libertad y
            .  piensa el objeto en relación al sujeto
            . piensa la realidad en conceptos.
Inventa la Filosofía, un pensamiento riguroso, en conceptos; pero se le escapa el fondo de las cosas. Se aleja de la Sabiduría, toma de conciencia sin conceptos, que queda en manos de la Religión y la Poesía. 

- Oriente parte de la espontaneidad, la autorrealización, el camino
            se centra en la sustancia universal
            Deja que la conciencia se desvanezca en esta sustancia.
Según Hegel China oscila entre las grandes generalizaciones y lo concreto minucioso.
Confucio trata de tomar conciencia del todo, la vía, el tao, en lo más pequeño y trivial por medio de la realización. Es un pensamiento del proceso y se prueba en lo cotidiano y lo concreto.
La Sabiduría consiste en un fondo inmanente que vamos realizando como cuando aprendemos a tocar un instrumento, la  obtenemos de nosotros mismo sin hacer de ello un objeto directo. Sin centrarnos en el yo individual. No se trata de un sujeto sino de un proceso, constituye como un fondo que no deja de manar y desarrollarse  por sí mismo.

+ Merleau-Ponty ve en Oriente  más que un pensamiento que no ha accedido al concepto, un pensamiento que puede enseñarnos nuestra estrechez de miras. No salimos de nuestros conceptos ni de nuestro eurocentrismo Atenas-Berlín.
Europa ha de salir de su idea de que sólo aquí se haya llegado a un pensamiento inmanente que refleja la realidad sin que haya otro tipo de pensamiento que no sea el pensamiento religioso basado en la fe y el misterio.
Habrá que asumir que hay un campo de pensamiento que afronta la realidad  sin el concepto y  sin el sentido trascendente del pensamiento religioso, desde una inmanencia,  la Sabiduría.

(Págs. 73 – 90)

 SIGUE PRIMERA PARTE  (Págs. 92- 128)
Nuestro autor después de precisar cómo los moístas centran su análisis del conocimiento en la relación objeto-nombre y no sujeto- objeto  (Creo que algo parecido a lo  que Russell  hace cuando dice que la palabra es un acuerdo mutuo pero no total o una simple convención[3]) y el consiguiente desarrollo de conceptos lógicos, la causalidad, los modos de predicación y coordinación, los conceptos abstractos de  espacio y tiempo… y su aplicación a las ciencias como la óptica la mecánica y la geometría. Tras subrayar también  su concepto de “a priori” como lo que se comprende por explicación y no por experiencia.
Tras esas precisiones, entra a comparar la China del S. –IV con la Grecia de la misma época y concluye: No se comunican entre sí pero se corresponden; en ambas se dan tanto la sabiduría como la filosofía, un saber a base de intuiciones y un saber en base a la causalidad, la argumentación y la necesidad lógica.

Luego, a través del tiempo,  se irán alternando  según interese más la vía, la práctica, que la teoría. También en Europa los estoicos (Epicteto, Marco Aurelio) ante la urgencia frente a las desgracias  de los tiempos meditan sobre lo sabio y la conducta.

En China se olvida la racionalidad moísta ya antes del S. –II. Una razón estaría en que los moístas eran artesanos despreciados, a diferencia de los confucianos, consejeros de corte, autosuficientes. Pero sobre todo por una resistencia a la filosofía en la que se ve sólo una trampa: El debate, la polémica, nos apartan de lo esencial: al dar toda la importancia a la argumentación y establecerse en la verdad, uno pasa de largo lo que hay que realizar. Es una antifilosofía que da paso a la sabiduría. Aunque se vuelva a la filosofía en el S. XX. (90- 98)

* Occidente se establece en la verdad, toma posición y de allí no sale; aunque deja una verdad para seguir otra. Así del mito se pasa al logos aunque se vuelva al mito bajo la forma de fe o religión. Así Parménides del rapto pasa a la lógica identitaria (A=A); Heráclito en cambio se fija en los procesos (A= ¬A).
* China no pretende conocer o demostrar, sino realizar, dilucidar; para ello no ve problema en asumir la unidad y complementariedad de los contrarios. Que lo uno sea también lo otro, que esté en lo contrario, hace posible los procesos, siempre son necesarios los polos opuestos, complementarios: yin y yang, lo uno está en lo otro: “Una vez yin, una vez yang, a la vez yin y yang, así es la vía, el dao”.
La filosofía piensa por exclusión (V/F), la sabiduría por igual admisión, admitiendo ambas posibilidades. El sabio ha dejado de excluir, superadas las contradicciones. No hay una historia de la sabiduría como la hay de la filosofía o de la ciencia.










            GRECIA                              CHINA


 
                                                                       > Occidente se obstina en la verdad desde el principio; cambia la naturaleza de lo verdadero  pero no la forma de afirmarlo y buscarlo. La misma actitud ante la verdad proclamada e inspirada de los antiguos que ante la demostrada, deducida y argumentada de la filosofía. Tratan de superar la ambigüedad de los sofistas y la imprecisión de la doxa en base al principio de contradicción y buscan una verdad inmutable.
 >Busca el soporte de la verdad en la SUBSTANCIA en los elementos primordiales.
 > La verdad monopoliza el pensamiento, aislándose por oposición, convergiendo en uno solo.
 > La garantía de verdad (pistis alhqhs) tanto jurídica como matemática es la DEMOSTRACIÓN admitida por el otro.


> Es agonista, dialógica, exclusiva.



> La vía tiene una meta sea un saber absoluto, sea una salvación: Ver Parménides o la Biblia (Yo soy el camino)


 > El pensamiento occidental se presenta como un camino de búsqueda que no tiene fin. Así hemos pasado
                - de la búsqueda de verdad a la búsqueda de sentido,
              - de la metafísica a la hermenéutica,                     
                -  de la ontología a la axiología.





< Oriente en cambio considera que incluso el silencio deja ver regularidades. Así Confucio: “¿Habla el cielo? Las estaciones siguen su curso, todos los existentes prosperan. ¿Qué necesidad tiene el cielo de hablar?”  La sabiduría sólo busca la regulación de la vía, el dao. Piensa lo posible en cada momento, busca lo correcto en devenir, lo que conviene a la situación, lo congruente.




<Busca los factores del cambio, YIN YANG.


< Piensan modalidades de acuerdo y congruencia no excluyentes, abiertas a la sabiduría. (El sabio no tiene ideas).

< Ni interesa la demostración ni se espera convencer al otro. Son formas más autoritarias, la verdad depende más de una AUTOEXPERIENCIA, es autorreferencial.
 <Es pacífica, solilocuente, comprensiva.
  “El vicio que amenaza al pensamiento no es lo falso, sino lo parcial. La desgracia de los hombres  proviene de que un aspecto parcial les ciega la mente.” (Xunzí, S. -III)
 < No hay meta, la armonía es la vía que muestra el mundo. El acuerdo con lo que exige cada momento, la congruencia es su modelo, o mejor, el cielo con su constante armonía. Regulación actual (=/=salvación).

<No les dice nada la cuestión del sentido de la vida. Es sabio quien ya no se lo plantea: aquél  para quien el mundo y la vida son evidentes. Ni misterio ni absurdo, simplemente dice “es así” y no “así sea” o por qué así. Ni aceptación ni interrogación, sino “es así”, moverse en esa realidad.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            


















































[1] Es de noche: a esta hora hablan más fuerte todos los manantiales. Y también mi alma es un manantial. Es de noche: sólo ahora se despiertan todas las canciones de los amantes. Y también mi alma es la canción de un amante. Hay en mí algo insatisfecho, algo insaciable, que quiere hablar. Hay en mí un ansia de amor, que habla asimismo el lenguaje del amor.

[2] Wittgenstein una vez más: « ¡Qué difícil me resulta ver lo que tengo ante los ojos!»                   (Observaciones, 1940). «Los aspectos de las cosas más importantes para nosotros están ocultos por su simplicidad y su cotidianeidad» (Investigaciones filosóficas, 1, 129).

[3] La evolución de mi pensamiento filosófico. Ed. Alianza 1976.Págs. 151 ss. Y Fundamentos de filosofía. Plaza y Janés. Los premios Nobel. Pág. 1677