lunes, 21 de noviembre de 2016

EL ARTE EN NUESTRA VIDA. T. V. EL ARTE DE VIVIR, SENTIMIENTOS, AMOR Y HUMOR.


T. V. EL ARTE DE VIVIR, SENTIMIENTOS, AMOR Y HUMOR.
Nos centramos en estos puntos que debatiremos en nuestro encuentro.
I.  ARTE DE VIVIR


a.   Vivir con arte es ser capaces de liberar  nuestras mejores  energía que por nuestra ignorancia quedan encerradas en el yo individual y esclavas de las cosas. La carencia de horizontes en que proyectarnos, el vivir encerrado en sí mismo, es ignorar este arte.
 Las falsas interpretaciones del mundo y el desvío de las energías biológicas, el sexo, las emociones y la actividad mental, son las principales causas de patologías en el ARTE -DE VIVIR
 b. WILHELM REICH: Las emociones biológicas que gobiernan los procesos psíquicos son en sí mismas la expresión inmediata de una energía estrictamente física: el orgón cósmico (fuerza de atracción entre los seres vivos). La enfermedad mental es un resultado de las perturbaciones de la capacidad natural de amar.                    
Existe la tentación de negar la causación sexual de muchas dolencias Uno de esos problemas  es el cáncer; otro, lo que hace posible la existencia de los dictadores.

c. NIETZSCHE nos propone:
Gozar la belleza y riqueza de lo presente, lo próximo, vagar por las construcciones falsas de la metafísica, la religión, el arte sabiendo que son construcciones con que nos vamos acomodando a nuestra realidad.                                                                                                                                Es ésta una cierta concepción estética donde las grandes creencias no son más que juegos más o menos bonitos, máscaras, dirá Nietzsche, que adoptamos rememorando el pasado.                                                                                                                                                       El problema está en saber cuál es la verdaderamente falsa interpretación del mundo, la inexacta concepción de la vida, o qué se puede asumir de cada una de ellas.
II.  LOS SENTIMIENTOS
a.       JOSÉ CARLOS RUIZ:
Hoy los libros de autoayuda se convierten en best seller. En las bibliotecas hay una estantería de filosofía y nueve de autoayuda o de cómo ser feliz. Venden soluciones emocionales. Queremos recompensas inmediatas, lo que no es posible, a no ser que te toque la lotería.
 Se está forjando una personalidad frágil, de emociones rápidas, consumo instantáneo, de emociones primarias, sin necesidad de reflexión. Ejemplo, el triunfo en televisión y sus referentes, su concepto de éxito. Se vive en una realidad virtual.

b.       HUME:
"La razón - dice - es, y debe ser, esclava de las pasiones y no puede reivindicar una función distinta que servir y obedecer a éstas."  Parece una pasada, pero Hume precisa:
"No hay cualidad de la naturaleza humana más notable, sea en sí y por sí, sea por sus consecuencias, que nuestra propensión a probar simpatía por los demás y a recibir por comunicación las inclinaciones y sentimientos de los demás  aunque diversos y hasta contrarios a los nuestros...  La moral es más propiamente objeto de sentimiento que de juicio, aunque a veces confundamos este sentimiento con una idea".
c. Para UNAMUNO el hombre es antes que nada animal de sentimientos, el ser humano auténtico es el hombre de carne y hueso, la razón ha de estar al servicio de la voluntad de vivir. Lo que le mueve son los instintos de conservación y de perpetuación.
- Del primero surge el hambre y el progreso técnico y el conocimiento material;
- del segundo el amor sexual y el social y de estos un conocimiento de lujo, que da lugar al mundo suprasensible de las ciencias  y a la fe en la trascendencia.

d. MARINOF se pregunta: ¿Se pueden controlar los sentimientos?
Según él  los sentimientos directamente no se pueden controlar. Pero si nos los representamos adecuadamente, eso nos permite ver con más claridad las opciones que nos cabe adoptar. Podemos recurrir a situaciones análogas. Como dice la copla:
“Que la mancha de la mora /con otra verde se quita”

e.  EN RESUMEN son una fuerza que nos orienta  hacia conexiones en las que nos sentimos a gusto y nos hace rehuir todo aquello que perturba nuestra armonía.
Si tienes la fortuna de toparte con algo que te vibra al unísono, algo en lo que te sientes como en tu propio elemento, entras en contacto con el sentido de la tierra.  Y si, por el contrario, te sientes extraño a la tierra y las gentes con las que convives, sientes un desasosiego que te obliga a replantearte el rumbo de tu vida.

III.  EL AMOR
a. LAO TSÉ (S. –IV): “Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es el ojo (la visión). Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría. Cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor.”  

b. WILHELM REICH: El amor el trabajo y el conocimiento son los manantiales de nuestra vida. También deben gobernarla.
La función natural de la socialización del hombre es garantizar el trabajo y la realización natural del amor.                               
c. SLOTERDIJK: Hay una termodinámica de la ilusión, “un principio de conservación de la energía creadora de ilusiones”:
 Aunque caigan unos ídolos no decae nuestra fuerza por crearlos nuevos, no es más que la necesidad de huir del dolor primordial que surge de la individuación, es lo que nos mantiene a una distancia protectora frente a lo insoportable.
Esto donde se ve más claro es en el arte: crea sus velos para protegernos de la verdad. Según Erasmo Nuestras verdades son las mentiras que necesitamos para vivir.

IV. SENTIDO DEL HUMOR.

a. Pero por encima de todo tenemos un valor que escapa a las redes del mercado, que escapa a los predicadores del rearme moral y regeneradores de la vida política, un valor que es difícil quitárselo al pueblo: es  el humor, el sentido estético de la vida, “no  el talante gruñón del perro atado, o de las personas que han crecido en la sujeción, sino el buen temperamento de quien convaleciente de las fiebres revolucionarias o dogmáticas mira tanto al pasado como al futuro con espíritu confiado”(Nietzsche).

 La ironía no es la verdad pero es como la dinamita que  hace saltar los obstáculos que nos impiden llegar a ella. Lo decía Kierkegaard pero ya antes tenemos un ejemplo en la ironía socrática, el método que usaba el pensador griego para disipar las contradicciones y oscuridades en que se encontraba su interlocutor.

Y es que el humor nos hace tomar distancia para sobreponernos a cualquier situación. El buen talante ante el propio destino y sufrimiento permite dotar la propia vida de una cierta dignidad moral.

Antonio Durán 17/11/2016


                                                                     

EL ARTE EN NUESTRA VIDA. T. IV. MARÍA ZAMBRANO FILOSOFÍA EN FEMENINO

II.MARÍA ZAMBRANO. UNA FILOSOFÍA EN FEMENINO.

(En el Blog  “filosfiayfiloficcion” - apartado La postmodernidad y sus profetas c.VI A -  tenemos parte de este tema desarrollado en el curso anterior. Ahora introducimos las aportaciones de María Zambrano al mismo).

1.          EL PLANTEAMIENTO
La obra de M Z va en consonancia con su vida: evoluciona y ahonda en las zonas oscuras del hombre lo que la distancia de su maestro Ortega. No se queda en la razón vital del maestro y va más allá tratando de interpretar la realidad uniendo filosofía  y poesía. Esto la lleva a plantearse una filosofía con rasgos específicos de lo femenino.



“Busca lo reconciliador del saber, filosofía de amor, de la integración, no de la escisión…,…Esa será la base de su razón poética, razón integradora.” [1]
“La razón poética es inequívocamente femenina, sólo una mujer podía rescatar sin pudor aquella parte constitutiva del hombre, olvidada por mucho tiempo mientras imperó el dominio de la razón pura, y llevarla al lugar que le corresponde.”
Admiradora de figuras de mujer ideales o reales que encarnan su misma lucha, así Antígona, Diotima o las mujeres de las obras de Galdós, pero no defensora del feminismo, cuestión que considera superada  por lo que insiste en el concepto de persona que va más allá de la diferenciación sexual, siempre en busca de una posición integradora y más enriquecedora. (L. c. pgs. 101 - 103)

2.          LA MUJER NO NACE, SE HACE.[2]

La mujer es puro cuento es el título de un libro de Milagros Palma, una mujer nicaragüense que revela el carácter cultural de la feminidad. Traduce la misma idea de Simone de Beauvoir que nos sirve de encabezado. Es decir que el género femenino es una construcción social como también lo es el masculino.
Simone de Beauvoir se preguntaba: Porqué la mujer se implica más en el amor. Y su respuesta: Porque no tiene otra cosa mejor que hacer. A fuerza de rebajar el amor femenino a la categoría de deseo de aniquilación de sí, de total renuncia en provecho del amo, se olvida lo que éste tiene de autovaloración como sujeto irreemplazable.
Y aunque esa entrega pasional que rompe el aislamiento y abre nuevos horizontes tiene su valor no puede separarse de una afirmación del sujeto y su autonomía.
La “ideología del amor” desarrollada por una cierta literatura moderna ha legitimado el confinamiento de la mujer a la esfera privada. La necesidad de amor, la ternura, la sensibilidad, aparecen como atributos femeninos con lo que la representación social de la mujer queda como dependiente del hombre por naturaleza, incapaz de ejercer la plena soberanía de sí, como con miedo de hablar sobre sus cosas. De ahí la asignación a la mujer de su papel de esposa, su inactividad profesional, su necesidad de evasión.
3.          DIFERENCIAS Y DESIGUALDADES SEXUALES VISTAS POR LAS MUJERES [3]

Simone de Beauvoir fue quien en su libro clásico El segundo sexo (1949), introdujo la idea feminista moderna de que "no se nace sino que se deviene mujer", insistiendo en que la opresión de la mujer no se debe a factores biológicos, psicológicos o económicos sino que a lo largo de la historia la mujer había sido construida como el "segundo sexo", "la otra" del hombre. El hombre era la medida de todas las cosas pues "la humanidad es masculina y el hombre define a la mujer no en sí misma sino en relación al hombre...
Margaret Mead, en su estudio comparativo Sex and Temperament in Three Primitive Societies había introducido ya en 1935 la idea revolucionaria de que, por ser la especie humana enormemente maleable, los papeles y las conductas sexuales varían según los contextos socio-culturales.  Mead escribía en 1949: Cada una de estas tribus (en Nueva Guinea) tiene, como toda sociedad humana, el elemento de la diferencia sexual para usarlo como tema en el argumento de la vida social y cada uno de estos pueblos ha desarrollado esta diferencia diferentemente.
A mediados de los años 70 del siglo pasado una serie de antropólogas estadounidenses [4] se propusieron crear una "antropología de las mujeres" para someter a la crítica feminista los modelos androcéntricos convencionales en esta disciplina.
. Para las antropólogas feministas marxistas,  la opresión de las mujeres, y el poder exclusivo ejercido por los hombres dependían de las relaciones de producción históricas.  El surgir de  la propiedad privada y el colonialismo.[5]  Para ellas el problema está en lo económico.
. La corriente estructural simbólica de EE UU  atribuía la subordinación de las mujeres a pautas heredadas por el "hecho" biológico de su papel específico en la procreación, pautas susceptibles de cambio.
. Las feministas socialistas anglosajonas, en cambio, introdujeron el concepto de género en su controvertido sentido actual. Para ellas el problema es político y cultural.

En 1969 la norteamericana Kate Millett en su libro Sexual Politics, proclamaba que las relaciones entre los sexos eran fundamentalmente políticas. Unas veces idolatradas, otras veces tratadas con condescendencia, en la historia y cultura occidentales las mujeres siempre han sido explotadas por los hombres.
El punto de coincidencia de todas ellas se centra en que no se pueden naturalizar las desigualdades. Resulta difícil llegar a conclusiones sobre lo que es por naturaleza y lo que proviene de la cultura, tanto más que estos mismos conceptos son definidos desde la cultura. Al fin y al cabo la cultura es el espacio de la libertad desde el que afrontamos las limitaciones que nos impone la naturaleza propia y circundante.

4.           LA TERCERA MUJER  [6]

La mujer de su casa acaba cuando se da el reconocimiento social del trabajo de la mujer y su acceso a todo tipo de actividad antes masculina. A esto se unen el control de la procreación, los cambios en la institución familiar y en la nueva forma de entender las relaciones de pareja.
- La primera mujer, nos dice Lipovetski,  surge con la división del trabajo y la asignación a la misma de las tareas de casa y un lugar de dependencia. Se exaltan la guerra y la política, tareas masculinas y se mitifican sus héroes. En cambio se asimila a la mujer al mal y al desorden con sus mitos correspondientes y sus poderes maléficos, aunque no dejan de reconocérsele una autoridad en la vida doméstica y en la economía. Así en el mundo griego y romano.
- La segunda comienza a perfilarse en el S. XII, a partir del “amor cortés” que exalta a la mujer y la idealiza. Luego en el XVIII hay toda una literatura que proclama las aportaciones de la mujer en las costumbres, la cortesía y el arte de vivir. Finalmente el amor romántico del XIX pone al bello sexo próximo a la divinidad; del desprecio se pasa a la sacralización. “Tú señalaste al cielo cuando yo me hundía” dice Hölderlin de Diotima. Y Goethe: “El eterno femenino nos arrastra hacia lo alto”, civiliza los comportamientos, es dueña de los sueños masculinos, ejerce su imperio sobre los hombres importantes...
Pero este paso de la potencia maldita a la exaltación y sacralización de la mujer, visto por las feministas, es otra forma del dominio del varón.
- La tercera mujer se caracteriza por la autonomía en su definición de roles.
Si la primera se diabolizó y despreció y a la segunda se la adula e idealiza, esto es siempre según la visión del hombre.
La nueva situación de estudios, trabajo, sufragio, libertad sexual hacen que las mujeres tengan completa disposición de sí mismas en todas las esferas de la existencia.
Ya no hay una función social prefijada: casarse, parir y criar hijos; sino que se abre ante ella todo un mundo imprevisible que ella ha de diseñar. Elige estudios, profesión, casarse  o no, hijos o no, divorciarse... abiertas todas las posibilidades de los hombres, puede como ellos definir e inventar la propia vida.

Eso no significa que ya hayan desaparecido las desigualdades y tengan las riendas del poder político y económico, es un hecho que persisten tabúes y estereotipos;  pero sí que tienen el poder de autocrearse y de inventarse  a sí mismas,   y en esto sí se da igualdad con el hombre.
No es la similitud de roles, sino la superación del encorsetamiento social, la indeterminación de los géneros.

Será poco a poco que se tome conciencia de que la norma social es una convención no por naturaleza. La mujer sigue viendo unido sexo y sentimiento, lo vive distinto del hombre, pero sabe que no es por constitución genética sino norma social que viene de siglos. De hecho hoy en la medida que la mujer conquista emancipación el varón da mayor importancia a lo psicológico, a los sentimientos.

Sólo con la superación de las desemejanzas se hace posible una comunidad de pertenencia, un reconocimiento de sí en el otro sentido como propio. Aunque sicológicamente diferentes antropológicamente similares.


5.           LA RELACIÓN HOMBRE MUJER, MEDIDA DE TODAS LAS COSAS.[7]

a. El problema.
La relación hombre – mujer constituye el paradigma de las demás relaciones que se dan en la sociedad. Unas relaciones de dominio del varón han dado lugar a una civilización colonizadora y depredadora de los pueblos y países tanto como de la naturaleza. Incluso el mito patriarcal parece estar presente en esa arrogancia y superioridad, en esa pretendida imparcialidad y pureza que a veces caracteriza a la ciencia moderna.
Según María Mies y Vandana Shiva, [8]  la ciencia patriarcal lo que desea es someter a su control, al control del espíritu masculino “puro”, el arte de la producción, el poder de la creación, que hasta aquel momento residía en las mujeres y la naturaleza. Para ello despojan a mujeres y naturaleza de subjetividad y dignidad, reduciéndolas a materia sin vida...
Incapaces de mantener relaciones auténticamente humanas y de amar son movidos por la pasión competitiva, el afán de omnipotencia. Entienden el conocimiento como poder y siempre al servicio de la fuerza. Es la destrucción violenta de la simbiosis hombre – mujer y la designación de la mujer como mera naturaleza animal lo que ha posibilitado a la economía capitalista erigirse en amo y señor de la naturaleza y las mujeres.
Por eso la ciencia actual presenta una hipócrita igualdad, es una ciencia y tecnología fundamentalmente militar, destructora de los vínculos vitales entre los sistemas vivos autosostenibles de la tierra.
Se impone un nuevo paradigma que considere: que toda ciencia es relación entre sujetos vivos; que los sentidos y la sensibilidad en general son fuentes de conocimiento tanto como de felicidad; que la tierra y sus recursos son limitados lo mismo que nuestras vidas.

b.             Respuestas.

Marx, en su primera época más humanista y menos economicista, formula  la idea de que la relación hombre – mujer es la medida, si no de todas las cosas, si del nivel cultural a que ha llegado una sociedad.
Y la razón que da es que En esta relación natural de los géneros, se unen en una sola cosa la relación del hombre con sus semejantes y su relación con la naturaleza, del mismo modo el ser humano se integra en la naturaleza...
Con esta relación se puede juzgar el grado de cultura del ser humano en su totalidad. Del carácter de esta relación se deduce la medida en que el hombre se ha convertido en ser genérico, en ser humano, y se ha comprendido como tal; la relación del hombre con la mujer es la relación más natural de un ser humano con otro. En ella se muestra en qué medida la conducta natural del hombre se ha hecho humana o en qué medida su naturaleza humana se ha hecho para él naturaleza plena. [9]
Y es que en esta relación y todo lo que ella conlleva se compendia esa aspiración fundamental del ser humano que es el reencuentro consigo mismo en el otro y el encuentro con la naturaleza en la procreación de nueva vida.
El camino por el que el ser humano sale de sí mismo para reencontrarse y recrearse y que  constituye su máximo interés, lo que más valora, es, el encuentro del hombre con la mujer, en él experimenta el ensanchamiento de sus horizontes hasta desbordarse en nuevas criaturas, es la más elemental forma de convivencia.
         Las relaciones de pareja reflejan las de la sociedad y viceversa. Estas relaciones  serán auténticamente humanas y enriquecedoras si están basadas en el mutuo reconocimiento y la mutua entrega y no repiten la asimetría de las relaciones dueño-esclavo.
Lo mismo en una que en otra la comunicación en igualdad es la que hace posible la convivencia y la cooperación.
Cuando la comunicación falla o se da en una sola dirección aparecen las relaciones de poder y sumisión; sólo cuando hay comunicación y búsqueda conjunta de la verdad es posible la libertad, el más cotizado valor. 


6.           M. Z. Y EL FEMINISMO
Según Elena Laurenzi,[10]   MZ denuncia el carácter adrocéntrico de la cultura occidental y la falta de espacio para las mujeres.
Propone una filosofía alternativa “saber del alma” que ve en la especificidad femenina un patrimonio de experiencia y de saber para la filosofía.

a.             ¿Qué tipo de feminismo?
Está contra unos estereotipos de feminismo que se quedan en imitación del hombre, que no asume las diferencias comprendiéndolas y yendo más allá.
Si bien su compromiso político y filosófico con la emancipación y la liberación de las mujeres es evidente, en cierta ocasión llegó a definir el feminismo como “un equívoco”. Se refiere al que reivindica adhesión dogmática al modelo masculino.                           
 Ella reivindica en cambio esas cualidades que las mujeres han conservado a través de la historia: la pasión, lo concreto, el realismo, el sentimiento del alma, las relaciones, la misericordia…que constituyen una riqueza y un patrimonio que puede hacer replantear el modo de vida del mundo occidental.


No han de quedarse en un único modelo. Reivindicar sobre todo “simetría en el ejercicio del poder y en el acceso a la palabra”.
“Es preciso, nos dice,  que el hombre se dé cuenta que a la mujer de hoy no se la puede ya conquistar con la promesa de un porvenir económico y social seguro y descansado. Ha descansado durante mucho tiempo y ahora sale de su sábado, y con plenas energías,… a construir el mundo.
Y la mujer nueva no reniega ni siente rencor por el hombre, pues que no se siente esclavizada por él. Pero sí le exige un espíritu digno del suyo, un ideal que dé perspectivas a sus vidas, unidad efectiva a su unión. Y ha sido tan rápido el viraje de la mujer en sus exigencias, que el hombre, descentrado, inadaptado no sabe – generalmente – o no quiere colmarlas. Pero al menos que no nos maten.” (Revista Liberal, cita ib.)

Invisibles, sin espacio, rol, ni “sede” en la Cultura y en la Historia a las mujeres se les despoja de una vía de escape de este destino de subordinación e invisibilidad las lleva a negar su propia feminidad.

b.             Su lucha.
Su lucha contra la invisibilidad de las mujeres la lleva
-a reivindicar las  figuras femeninas de la antigua tradición occidental: Diotima, Antígona, Eloísa asimilada a Abelardo, las mujeres de Galdós…
- a recurrir al concepto integrador de persona que engloba la realidad diferenciada en plano de igualdad, a lo que contribuye el rasgo de la mujer como alma, la gran madre.
- a considerar la poesía, cuanto capaz de llegar al mundo de las cosas oscuras, la única que llega al fondo del mundo femenino.

1) La mujer a través de la historia [11]
  El análisis histórico de M.Z.
- Comienza en Grecia la divergencia entre el hombre y la mujer, quedando ésta fuera de la vida política. M. Z. acepta la aportación del cristianismo al reivindicar el paradigma de la maternidad.
- En la edad media parece una exaltación del poder mágico de la mujer atribuido  bien al diablo o a Dios lo que da lugar a la exaltación del amor cortés o a la persecución como bruja.
- En el Renacimiento la mujer desciende a la tierra como expresión de la belleza y armonía del mundo. Pero este movimiento fue truncado por la Reforma y la Contrarreforma de Trento, un dogmatismo que lo inunda todo.
- El Romanticismo exalta el misterio de la mujer, pero hombre y mujer parecen ocupar diferentes planos.
- En el Positivismo y la Revolución, que han removido todos los estratos de la vida humana, la mujer desciende a este mundo al reivindicar su derecho al trabajo y un puesto en el mundo en igualdad con el varón.

2)  El carácter mediador.
M.Z, considera que mientras el hombre es cuerpo y espíritu, esto es, pasión y razón, la mujer es alma, esto es,  principio vivificador, razón mediadora, amor aglutinante, la fuerza originaria, la gran madre.
Luego resalta el protagonismo conjunto de la pareja en el desarrollo de la historia humana. Será el concepto de persona el que mejor refleje la integración de sexos, razas, lenguas, religiones y culturas como seres distintos y simétricos en dignidad.

3)             Razón poética y la voz del pueblo.
Para llegar a ver las causas de la situación a que ha llegado la cultura occidental M.Z. recomienda:
- en primer lugar reconocer el valor de la tradición y el sentir sapiencial del pueblo.
- cuestionar una filosofía que se quedó enredada en la sombra de una razón dominante y excluyente. Volver a los orígenes de la razón poética, unir misericordia con amor, leer la realidad del pueblo, escuchar su canto. [12]

Mercedes Gómez Blesa  (Ib.) destaca cómo M.Z. aborda romper con la tradición occidental en su doble actitud de un realismo sin sujeto y de un idealismo que rompe amarras con el mundo.
Frente a ellos se centra en una razón poética que abarca todos los ámbitos desdeñados por aquellos.
Es un saber al servicio de la vida (Ortega, filosofías antiguas y en los inicios del cristianismo: neo platonismo, estoicismo, epicureísmo, S. Agustín…).



En su obra Claros del bosque (1977) está presente esta razón poética tanto por el uso de metáforas y símbolos como únicos vehículos de pensamiento, como por el recurso a la intuición como argumento.

 Claros del bosque plantea el acercamiento a la divinidad, un acercamiento que está basado en un saber de experiencias con connotaciones místicas.
En esta obra dialoga con la mística, la filosofía racionalista y la mitología, pero también con la filosofía órfica y gnóstica, y en la que la poesía juega un papel insoslayable como reveladora del ser
Juan Fdo. Ortega, en el artículo mencionado, acaba citando el cante: “Gracias, Petenera mía, en tus ojos me perdía, que era lo que yo quería”.

En su obra “El hombre y lo divino” nos dice Nos resulta violento comprender la historia de los tiempos en que había dioses.
 Cita a Hegel: la tragedia humana es no poder vivir sin dioses. Cuando no los tiene se deifica él mismo y se hace siervo de sus creencias.
El hombre es un misterio para sí mismo: (una inútil pasión, ser para la muerte…) necesita una mirada en que verse a sí mismo. (La madre al nacer, la cultura después) Los dioses pueden haber sido inventados pero no la matriz de donde han surgido un día, ese fondo último de la realidad que nos envuelve.

María Zambrano con su Razón Poética parece insistir en el papel de la mujer en ese paso necesario de una la filosofía racionalista y su fría lógica a nuevas matrices que nos pueden proporcionar algún consuelo.

Antonio Durán  10/11/2016





[1] V. Alicia Berenguer, Pinceladas sobre la mujer en Zambrano. Rev. Alfa 18 (2006).
[2] A. Durán, La relación hombre – mujer, medida de todas las cosas. VII Congreso de Filosofía. AAFI 2008 
[3] Verena Stolke  La mujer es puro cuento:* la cultura del género, en Revista de estudios feministas. Vol.12 no.2 Florianópolis May/Aug. 2004. http://www.scielo.br/scielo.php?script
[4] Michèle Zimbalist ROSALDO y Louise LAMPHERE 1974; Rayna R. REITER, 1975. Ver también Olivia HARRIS y Kate YOUNG, 1979. Cit. V. Stolke
[5] REITER, 1975. Ver también Elenor LEACOCK, 1978. Cit. V. Stolke
[6]  Lipovetski,  La tercera mujer. Anagrama, Bna. 1999. Págs. 17 ss.
[7] Cf. A. Durán, La relación hombre – mujer, medida de todas las cosas.
[8] Ecofeminismo. Ed. Icaria. Pág. 71 ss. Ver  A, Durán l. c.
[9] KARL MARX, Manuscritos: Economía y filosofía. Alianza Editorial 1974. Pág. 142. Se muestra también en esta relación en qué medida el ser humano en su más individual existencia , es, al mismo tiempo, ser colectivo.
[10] Elena Laurenzi. Univ. Barcelona, en revista Meridiam 32. Instituto andaluz de la mujer, pág. 27 ss
[11] Cf. Juan Fernando Ortega en la rev. Meridiam. Pág. 30 ss.
[12] Cf. Rogelio Blanco, Rev. Meridian 32. Pág. 34.