martes, 27 de octubre de 2015

IV. FEUD.SU TEORÍA DE LA PERSONALIDAD Y LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS


IV. FEUD.SU TEORÍA DE LA PERSONALIDAD Y LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS


Nace en Viena 1856 donde estudia  medicina, la rama de neurología. Luego  se orienta por la psicología donde  destaca por sus grandes descubrimientos.  
   Para Freud hay todo un mundo subconsciente e irracional que burla de distintas maneras nuestra razón y determina nuestros actos. Todas las tendencias en el hombre se reducen a instinto sexual transformado o sublimado. Todos nuestros esfuerzos en el trabajo, en las relaciones humanas, en el arte... no son más que medios o formas disfrazadas de satisfacer nuestra libido o apetencia sexual.

Freud ha tenido una influencia decisiva en la cultura del siglo xx y no sólo en el campo de la psicología. No se entiende la obra de algunos de los músicos, pintores, escritores y cineastas más celebrados del siglo XX sin la influencia de Freud. Woody AIIen, Luis Buñuel, Jacques Lacan y Salvador DaIí, entre muchos otros.




11.  LA PERSONALIDAD  
:

A. ZONAS
Ante todo Freud distingue diversos niveles de nuestras actividades según el mayor o menor control que tengamos de ellas.

- Consciente: lo constituye todo aquello que controlamos con nuestro pensamiento, que nos podemos representar. Ej. Soy consciente de mi dolor de muelas.

- Preconsciente: todo lo que de inmediato no lo tenemos presente pero podemos llegar a darnos cuenta de ello de forma natural. Ej. Lo que puedo recodar de ayer.  

- Inconsciente: todo aquello que está actuando en nosotros sin que nos demos cuenta de ello, todas las marcas que han dejado las experiencias, sobre todo traumáticas, del pasado y que hemos sepultado en el olvido. Ej. Los instintos que nos impulsan sin nosotros saberlo, las psicosis o comportamientos desajustados con la realidad cuyo origen desconocemos.





 B. FUERZAS:

En segundo lugar distingue las fuentes principales de nuestros impulsos.

- Ello: conjunto de fuerzas instintivas que están marcando la dirección de nuestros comportamientos sin que nos demos cuenta, sobre todo las pulsiones sexuales que estarían al fondo de todo lo que hacemos. Se rige por el instinto de vida  o principio de placer (eros) y el de muerte o destrucción (thanatos).

- Yo: lo que controlamos con plena conciencia y de lo que nos sentimos responsables. Se rige por  principio de realidad adaptándose a normas.  Es el principio apolíneo que filtra los deseos primarios.

- Superyó: Toda una serie de mandatos heredados de nuestros padres y nuestra cultura que nos marcan lo que se debe y lo que no se debe hacer. La llamada conciencia moral. “El superyó censura y castiga los impulsos o actos innobles y aprueba los nobles.”


                  C.  LA REPRESIÓN Y LA CENSURA.

Esas fuerzas que están en nosotros están en continuo conflicto: el ello o pulsiones instintivas pugnan por salir, por dar rienda suelta a dodos los deseos; el superyó lo reprime conforme a los mandatos del padre y las normas sociales; y el yo pone orden ajustando el principio de placer que guía al ello, al principio de realidad que viene dado por el yo y el superyó.
La censura es esa fuerza represora que contiene a todas las tendencias  que pudieran ser antisociales, y lo hace con tanta mayor fuerza cuanto de pequeño ha vivido con padres excesivamente protectores. Llegando a crear desajustes con el resto de la sociedad y consigo mismo que se manifiestan como neurosis.



2. ETAPAS DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD.

- El niño recién nacido es puro ello. Sólo se mueve por el principio del placer y lo experimenta antes que nada centrado en los labios al mamar o chupar lo primero que se le acerca. Es la fase oral.

- Luego viene la fase sádico-analmás o menos desde los 18 meses hasta los tres años, coincide con la aparición de los dientes y los primeros controles de los excrementos. El niño buscará satisfacción autoerótica mediante la expulsión y retención de los mismos. El niño aprende las primeras reglas de convivencia: ir al baño por sí solo, ser limpio y ordenado, llevarse bien con otras personas, etc.
- Finalmente aparece la fase fálica en que empieza a descubrir placer en los genitales. Va desde los tres a los cinco o seis años de edad. Con la exploración del cuerpo los intereses del niño se vuelven a los genitales y a los placeres asociados con su manipulación, y exploración.   Al igual que en las etapas anteriores, en esta se desarrolla un conflicto entre la curiosidad del niño por sus órganos sexuales y la actitud de censura de los padres y de la sociedad respecto a la sexualidad.
 Surge en esta etapa el complejo de Edipo, que consiste en que el niño desarrolla un afecto sexual hacia su madre y ve a su padre como un rival, produciéndole una serie de sentimientos encontrados y ambivalentes porque, por un lado, el padre es modelo de virilidad y superioridad y, por otro, se convierte en un ser temido y odiado porque lo puede castrar por sus sentimientos hacia su madre ("ansiedad de castración").
 Si el desarrollo es normal, el niño abandona estos deseos amorosos y termina asumiendo la función masculina más parecida a su padre. En cambio, si hay demasiada condescendencia o frustración, puede generarse en el niño graves conflictos con consecuencias a largo plazo.
 En el caso de la niña, este proceso de "enamoramiento" se da hacia el padre y se denomina "complejo de Electra". Su conflicto con la madre rival por un lado, madre amorosa y modelo de feminidad por otra y sobre todo la responsable de su carencia de pene. Según Freud , este es el punto de origen de los sentimientos de inferioridad de las mujeres respecto de los hombres.
 - Desde los 6 a los 11 o 12 años se produce un período de "latencia" que no representa una etapa psicosexual, sino que de consolidación y afirmación de rasgos y habilidades adquiridos en las etapas anteriores..
- Etapa Genital:   Se desarrolla durante la pubertad y constituye el último período significativo de desarrollo de la personalidad.  Igual que en la etapa fálica son los órganos sexuales las zonas erógenas fundamentales. Pero, en la primera, la sexualidad es primitiva y rudimentaria, centrada sobre todo en el individuo mismo, en tanto que en la etapa genital, la sexualidad alcanza madurez y se hace heterosexual.
Algunos rasgos propios de esta etapa genital podrían ser: la capacidad de socialización e integración, progresiva satisfacción de sí mismo tendencia a ir resolviendo los conflictos contradictorios de su personalidad, capacidad y confianza en lo que hace.
Las perturbaciones más corrientes de la personalidad provienen de fijaciones  o retención excesiva en una de las etapas por mimo o falta de estímulos; o bien por regresiones a etapas anteriores ante las dificultades en afrontar la etapa siguiente, sea por traumas vividos en referencia a los padres o a otras personas que marcan al individuo de forma especial.



3. LOS SUEÑOS

Camino real para llegar al inconsciente. Con el sueño se aflojan los controles de la censura y dejan pasar del inconsciente a nuestra conciencia los impulsos reprimidos; aunque siempre disfrazados de formas más o menos admisibles.
Para F. todo sueño es realización de deseos disfrazados mediante transferencias, sublimaciones, simbolizaciones, desplazamientos.
- Transferencias: cambiar el objeto de nuestros sentimientos de una persona a otra. Así el que confunde al psiquiatra con su padre.
- La sublimación que transforma instintos en algo bello o en arte.
- Los símbolos tienen gran importancia en F.: poner una cosa en lugar de otra con la cual guarda algún tipo de semejanza. Así los símbolos fálicos, cualquier cosa alargada, o los símbolos femeninos, algo en forma d recipiente. La pintura simbolista se inspira en F.
- Desplazamientos: paso de un objeto o una situación  a otra con la que guarda alguna conexión.

* La madurez humana consistiría en
  - Conocerse sin miedo, tomar conciencia de todo nuestro pasado olvidado sea por la represión sufrida sea por los traumas recibidos y asumir nuestra pertenencia a un mundo amplio donde comunicarse y encontrarse con nuestros semejantes más allá de la propia familia.
  - Orientar nuestras fuerzas   de forma productiva y en forma socialmente reconocida. Equilibrio entre los principios de placer y  de realidad,  dominar los instintos primarios y sublimarlos por otros procedimientos: la creación artística, la música o la literatura


4. ¿FREUD PROFETA DE LA POSTMODERNIDAD?
          
  En el hombre civilizado se produce una continua lucha entre naturaleza y cultura. Es la lucha entre las tendencias al placer, al dominio y a la agresividad, y las exigencias de la cultura, que prohíbe la satisfacción directa de esas tendencias. El futuro depende, según Freud, de la capacidad cultural para hacer frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción.
             La sospecha de Freud introduce una hipótesis de trabajo que ninguna mente mínimamente exigente puede descartar
Freud parte de que hay que despejar las falsas ilusiones con la ciencia al modo de los estadios de la humanidad de Comte (teológico, metafísico, positivo). Pero por otra parte esa misma ciencia viene a ser una creación más surgida en la dialéctica entre el yo y el super-yo para ajustarse a la realidad en que nos ha tocado vivir. También la religión es como una neurosis que el individuo civilizado ha de atravesar para dar el paso de la infancia a la madurez.
 Pero  Karl Popper, cuestiona  el carácter científico del planteamiento freudiano poniendo de manifiesto los apriorismos no científicos que están en su  base. Así en su propuesta de interpretación de los sueños. [1]


.




[1] Cf. F. Torralba Los maestros de la sospecha.  Fragmenta ed.  S.J. 2013

miércoles, 21 de octubre de 2015

C. III MARX Y LA POSMODERNIDAD

III.        MARX, CAMBIO DE PERSPECTIVA, PENSAR DESDE SITUACIÓN
        


 MARX, (1818 – 1883)  


a


Es el gran olvidado, al parecer sólo algunos radicales y yihadistas lo leen. De los tres maestros de la sospecha fue el que cayó con más celeridad, su doctrina se convierte en una utopía social realizada  que cae, y ya se sabe del árbol caído...
Pero no hay que desechar un pensamiento en bloque.



            1. SITUACIÓN DESDE LA QUE FILOSOFA

            La realidad política en el S. XIX se caracteriza por una primera mitad en que predominan las revoluciones burguesas y una segunda en que se suman el expansionismo colonialista de las potencias avanzadas en el exterior y las revoluciones obreras en el interior.

            Ya hemos hablado en el tema introductorio de la situación social  a fines del S. XIX;  a pesar de los grandes adelantos en el campo de la ciencia, la industria y la técnica, en la organización política y social, se ha creado una dinámica de insolidaridad sin salida: una producción pensada desde el capital, sobre las bases del afán de lucro y la acumulación,  olvidada de las condiciones humanas que la hacen posible: situación de explotación que aliena a una gran mayoría de la humanidad. Y todo ello basado en un  sistema consumista que es incapaz de satisfacer.
Es lo que Sloterdijk llama ecología del dolor cuya necesidad de equilibrio dará lugar a las revoluciones proletaria [1], feminista, y demás movimientos de todo tipo (anarquismo, fascismo, antisemitismo…)
Como ya vimos similar a la ecología del dolor está la termodinámica de la ilusión: “principio de conservación de la energía creadora de ilusiones”. Se derrumban ídolos pero permanece la fuerza que los crea. En esta dinámica entra la propuesta de Marx.


            2. EL MATERIALISMO DE MARX

            a. El materialismo histórico.
            A la base de esta concepción del mundo está la experiencia del joven Marx.
            A los 24 años (1842) es colaborador y luego redactor de una revista liberal: La gaceta del Rin, que será suprimida por la autoridad prusiana al año siguiente. El idealismo del joven Marx encuentra el primer choque con la realidad. La idea de que el Estado representaba razón según enseñaba el idealista Hegel no parece estar muy de acuerdo con la experiencia que vive Marx.
            Experiencias sucesivas de la vida política llevan a Marx a colocarse desde el punto de vista de los oprimidos, a pensar desde la perspectiva del proletariado. Esta nueva  perspectiva le hará repensar sus anteriores  convicciones idealistas y tantear posturas acordes con el grupo humano desde el que piensa.
            "En ayuda de Marx vino, en aquél momento, la obra de Feuerbach, recién aparecida” (l.843).
            De él toma dos ideas claves:
. No es Dios el que crea al hombre, sino éste es el que crea a Dios.
. La naturaleza está antes que el espíritu, lo material antes que el pensamiento.

            Pero enseguida advertirá que el hombre de Feuerbach  es algo de otro mundo que no tiene en cuenta la importancia del trabajo. Lo mismo que su idea de naturaleza es vista como algo muerto sin entender sus continuos cambios.

            Marx reconoce el mérito del idealista Hegel de haber sido el primero que vio la importancia del trabajo y entendió que el hombre es producto de su trabajo. 

            Marx distingue:
            - Hay un materialismo vulgar: que reduce todo a átomos y moléculas que dan origen a todas las cosas. Reduce la Historia a simples procesos  biológicos, éstos se basan en cambios químicos y en el fondo todo quedaría en movimientos de esos átomos. Así las guerras serían movimientos musculares, procesos bioquímicos, danza de átomos.
            - Pero él defiende un materialismo histórico: considera que en los cambios que experimentamos a través de los tiempos  no importan tanto los átomos y las moléculas o las ideologías como  esa realidad viva que está en el fondo: "el hombre trabajador".
            Admitiendo átomos y biología en la base de toda organización, considera que es el  hombre trabajador la auténtica base de los cambios históricos, sus formas de asociarse para satisfacer sus necesidades y relacionarse con la naturaleza son las que explican los procesos: Es una base material, más que los procesos invisibles de los átomos.  El trabajo es el punto en que se encuentran el hombre con el hombre y el hombre con la naturaleza.
             “El materialismo adopta el punto de vista de la humanidad socializada por el trabajo: mientras las relaciones sociales estén desgarradas y  divididas el hombre estará proyectado fuera de sí, desgarrado. No basta criticar la religión,  hay que echar abajo todas las relaciones humana en que el hombre es un ser humillado, esclavizado, un ser abandonado, un ser despreciable". (Ver Bloch, El principio esperanza, pág.  260).

            b) Algunos conceptos claves del materialismo histórico.

            - Producción  es la forma en que los hombres proveen conjuntamente a su subsistencia. Constituye, no sólo la diferencia esencial entre el hombre y el animal, sino también la explicación última de los procesos históricos.
            Las  fuerzas productivas (fuerza de trabajo humana e instrumentos de trabajo).
            Las  relaciones de producción  dependen del lugar que se ocupa en la división del trabajo y apropiación del beneficio. Y esto da lugar a los distintos modos de producción: de explotación  o de colaboración.

            - Estructura conjunto de cosas interrelacionadas.
            . La  infraestructura  es la base real de la sociedad y se define por las relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores.
            . La  superestructura  viene constituida por las distintas formas de la conciencia social. Fundamentalmente por lo jurídico-político y lo ideológico.
           
            La infraestructura es la que determina en última instancia a las superestructuras. Es siempre la estructura determinante pero no siempre la dominante: en Grecia dominaba la estructura política, en la Edad Media la ideológica, hoy la económica. Pero siempre las relaciones de producción han estado a la base.

            - Clases sociales son grupos sociales antagónicos, uno de los cuales se apropia del trabajo del otro, a causa del lugar diferente que ocupan en la estructura económica de un modo de producción determinado. La forma en que se relacionan con los medios de producción determina ese lugar. En la sociedad capitalista hay una clase que posee los medios de producción y otra que, al no poseerlos, debe trabajar  para la primera si quiere acceder a los medios de su subsistencia.
            La lucha de clases es el enfrentamiento de clases antagónicas por sus intereses. Se da tanto a nivel económico (mejoras salariales) como ideológico y político.
            La sociedad sin clases es el ideal de la sociedad marxista. Pero antes habrá de pasar por esta lucha que imponga la dictadura del proletariado y finalmente la supresión de éste como clase.
            Serán las clases sociales los sujetos que con sus antagonismos irán haciendo la historia. Y en particular será la clase obrera, la clase que ve la realidad desde un total espojamiento, la que encarne con pleno derecho los ideales emancipatorios de la humanidad.


            3. ALIENACIÓN (Ver: MARX, Manuscritos. MARCUSE, Razón y revolución)

            Alienación significa proyección al exterior de algo que se lleva dentro, así el artesano se proyecta o enajena en su obra.   
            La alienación para Marx tiene un carácter negativo, consiste en verse privado no sólo de tu propia obra sino también de tu propio pensamiento.

Así lo dice la copla:
 
Pero soltarme las manos
pero qué habré jecho yo
quitarme el pan que yo gano
y quitarme la razón.

            Pero mientras Feuerbach sólo se fija en la alienación religiosa, extrañamiento del hombre en un más allá que le impide realizarse aquí abajo; [1]
            Marx considera que se da una alienación económica que es la que hace que la exteriorización se vuelva contra el hombre.  El trabajo está alienado, el hombre no se reconoce en su propio producto y su labor se convierte en una fuerza enemiga.
             
            a) Relación obrero-producto:
    + Cuanto más trabaja el obrero, más poder adquiere el capital y menos medios tiene el obrero para apropiarse de su producto
    + El trabajo es víctima del poder que él mismo genera.
    + El producto es una entidad ajena, una fuerza que se ha hecho independiente de su productor y se vuelve contra él esclavizándolo.

            b) Relación obrero-actividad.
    + El obrero, alienado de su producto, es alienado de sí mismo.
    + El trabajo que debería ser medio de autorrealización del hombre,     de desarrollo pleno de sus potencialidades; en su forma actual es medio de autonegación, contradice la esencia del hombre, mortifica el cuerpo y arruina el espíritu.
    + El obrero se siente consigo cuando no trabaja y separado de sí cuando trabaja. Se siente libre en sus funciones animales: comer, beber, procrear... Es como un animal en su función más humana: en el trabajo.

            c) El resultado de la alienación es el deterioro de las relaciones humanas.
    + La separación entre el trabajo y su objeto lleva consigo la separación del hombre con el hombre: los hombres aislados y enfrentados entre sí se relacionan a través de los bienes que intercambian y no a través de sus personas.
    + Sólo cuentan las cosas en la sociedad capitalista, hay un culto a la mercancía: no se dan relaciones personales entre hombres sino relaciones objetivas entre cosas; esto hace que se presenten las relaciones sociales como relaciones objetivas sin contenido humano desconectadas de su origen y sin posibilidad de plantear su modificación.



            4. LA PRÁCTICA Y LA TEORÍA.


Práctica, en general, significa toda actividad distinta del conocimiento; en oposición a 
Teoría que significa conocimiento puro, mera consideración contemplativa.

            Marx dice “Hasta ahora los filósofos se han limitado a contemplar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”
            Lo primero que se supone es que el mundo puede ser transformado y que no está ya acabado tal como está.

Derkovits Gyula
            En una visión dinámica el mundo está cargado de posibilidades gracias al hombre y su capacidad de percibir límites y superarlos, de transformarse en el trabajo. Sólo en esta visión tiene sentido la praxis entendida como actividad humana que busca los medios adecuados hacia el ideal que el hombre se propone.

            Marx asume la perspectiva del que se siente parte activa en los cambios, del que se siente artífice en las transformaciones sociales e históricas, del hombre trabajador y del revolucionario. Sólo se conoce lo que de alguna manera se transforma.

            En Marx teoría y praxis están en constante reciprocidad: la praxis presupone teoría y alumbra la teoría nueva que necesita para seguir.
            El pensamiento cobra valor cuanto orientado a la praxis; la praxis cobra valor cuanto criterio último de verdad de la teoría. Pues el pensamiento sin sentimiento cae en la teoría abstracta y el sentimiento sin pensamiento cae en el misticismo (Tesis 8).  
            "El sentimiento del amor que no está él mismo iluminado por el conocimiento cierra precisamente el paso a la acción de ayuda para la que querría ponerse en marcha; se satura harto fácilmente de su propia excelencia, se convierte en la vaporosidad de una nueva autoconciencia aparentemente activa" (Bloch 267-8)
            La praxis, tanto la técnica como la política, se considera, como testimonio de que la teoría es concreta, o sea, funciona.
            Conocer y modificar han de entenderse como ampliación lo uno de lo otro y no como oposición. La filosofía no se supera sin realizarla en contra de lo que creen los pragmáticos, pero en la medida que se realiza se supera en contra de lo que creen los teóricos.  


            El fallo de Marx, según Habermas, es haber reducido sus análisis sociales y su sentido de la praxis a los aspectos económicos dejando de lado otros aspectos de la persona, así la práctica comunicativa o del diálogo, que abarca todos los campos de la realidad: nuestras  relaciones con las cosas y con los otros y con las normas que acordamos de forma conjunta.
            Habermas propone tomar como práctica social clave de la solidaridad la que se establece en la intercomunicación: "la relación intersubjetiva de individuos que se reconocen recíprocamente".

5. LA CRÍTICA A LAS IDEOLOGÍAS

a) El contexto.

La noción marxista de  ideología está íntimamente relacionada con la visión materialista de la historia y la teoría de la alienación.
En efecto,  si la realidad histórica está determinada por su infraestructura integrada por las fuerzas de trabajo y las relaciones de producción, y dichas relaciones en el modo de producción capitalista se caracterizan por la situación de alienación en que viven las masas que no poseen los medios de producción, ¿qué es lo que impide que el trabajador se apodere del fruto de su trabajo y así supere la contradicción de una sociedad desgarrada en clases antagónicas? 
   Naturalmente lo que lo impide son las superestructuras políticas que mantienen el aparato represor del estado en manos de la clase dominante, pero también las superestructuras ideológicas que desarrollan una visión invertida de la realidad justificando el dominio de las clases que detentan el poder. Es la situación que resume de forma caricaturesca el dicho del conde al obispo: "Manténgalos tontos para que me obedezcan,   que yo me encargaré de mantenerlos pobres para que le crean".
Es éste el sentido negativo de la noción de ideología desarrollado por Marx y Engels en   La Ideología alemana.

   b) La noción

   La noción de ideología,     en general,   no tiene por qué tener un carácter negativo, es más bien un conjunto de ideas  o representaciones que un grupo tiene de sí mismo, de sus relaciones entre sí y con el mundo y de su lugar en la historia.
Pero,  como quiera que cada grupo piensa desde su situación en la producción,   la ideología adquiere un carácter negativo y encubridor al presentarse como tal sólo las visión del mundo de la clase social dominante,   ignorando, consciente o inconscientemente,   su relación con el proceso productivo y la función que de hecho cumple en el mantenimiento de las situaciones históricas dadas.

En este sentido puede definirse en palabras de Bloch:   "Suma de representaciones con las cuales una sociedad se ha justificado y aureolado  con  la ayuda de la falsa conciencia"    ( El principio esperanza, Aguilar, 1977,  I, pg. 143).


c) Precisiones sobre el concepto de ideología

- Una tesis clave en el pensamiento marxista es que   pensamos desde una situación concreta, que lo que piensa el hombre es producto de la sociedad en que vive. Su conciencia refleja las formas de vida social,   las relaciones sociales.
- Por otra parte, toda clase que toma el poder se ve obligada,   para sacar adelante los fines que persigue,   a   presentar su propio interés como interés común de todos los miembros de la sociedad,   a presentar sus ideas como las únicas racionales y dotadas de vigencia absoluta
- Y una vez instalada en el poder la clase dominante, no sólo controla los medios para la producción material, sino también  los medios para la producción espiritual, lo que hace que se les sometan las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Por esto, en la sociedad escindida en clases,   la ideología tiene un carácter negativo en cuanto enmascara  la dominación.
- Los contenidos ideológicos de la conciencia ( religión,   moral,   política,   literatura...) no tienen entidad propia,  no constituyen una sustancia por sí, ni tienen su propia historia o su propio desarrollo a pesar de que la "conciencia ideológica" se figure las ideas como entidades con sus propias leyes,   desarrollos y dotadas de realidad sustancial. "Para mí - dice Marx - lo ideal no es más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre".
- En definitiva, la  función de la ideología no es otra que tratar de disfrazar,   sublimar y ocultar la situación de alienación de la sociedad de clases.
            Sólo una praxis ético-política adecuada hace posible una forma de conocimiento superador de ideologías.


            6. LA RELACIÓN HOMBRE - MUJER

Nos limitamos a citar un párrafo de su obra Manuscritos: Economía y filosofía. Ed. Alianza  1974. Págs. 140-142.

“La relación inmediata, natural y necesaria del hombre con el hombre, es la relación del hombre con la mujer.
En esta relación natural de los géneros, la relación del hombre con la naturaleza es inmediatamente su relación con el hombre, del mismo modo que la relación con el hombre es inmediatamente su relación con la naturaleza, su propia determinación natural.
En esta relación se evidencia, pues, de manera sensible, reducida a un hecho visible, en qué medida la esencia humana se ha convertido para el hombre en naturaleza o en qué medida la naturaleza se ha convertido en esencia humana del hombre.
            Con esta relación se puede juzgar el grado de cultura del hombre en su totalidad. Del carácter de esta relación se deduce la medida en que el hombre se ha convertido en ser genérico, en hombre, y se ha comprendido como tal; la relación del hombre con la mujer es la relación más natural del hombre con el hombre. En ella se muestra en qué medida la conducta natural del hombre se ha hecho humana o en qué medida su naturaleza humana se ha hecho para él naturaleza.”

Podría decirse que para Marx la forma de relacionarse el hombre y la mujer es la mejor medida de la cultura de un pueblo.






[1] El ateísmo clásico (Feuerbach) creía que con la muerte de dios se liberaba al hombre, al reapropiarse su esencia alienada en el ídolo de lo divino. Pero el ateísmo contemporáneo (Nietzsche) piensa que con la muerte de dios no hay reapropiación: negar a dios no supone afirmar al hombre: ni uno ni otro, ningún fundamento. 


    

BIBLIOGRAFÍA

Marcuse, Herber, Razón y revolución. Alianza 1976.
 Ernest Bloch, El Principio Esperanza. Aguilar, l977, T. I.
Girardi, Giulio  Marxismo y cristianismo. Taurus, 1977





[1]  Son los movimientos obreros, que estallan en la parte más débil de la economía capitalista, en la Rusia de 1917 a la que el capitalismo le pondrá cerco.