martes, 20 de noviembre de 2018

PARADIGMAS VIEJOS Y NUEVOS I


PARADIGMAS VIEJOS Y NUEVOS, LOS MAPAS Y EL TERRITORIO

 
 1. Nociones previas.


El mundo, Rafael Durán



El tema de los paradigmas (paradeigma: deiknumi=mostrar, modelo), modelo o ejemplo a seguir en la interpretación de un determinado conjunto de fenómenos, es hoy de plena actualidad, sobre todo en la interpretación de los fenómenos sociales.

Así oímos “Es la economía, estúpido”, en el cambio de siglo como paradigma social dominante. Luego hoy No es la economía, estúpido: es la política, según unos, o es la cultura según otros.
Habrá que precisar antes que nada el campo de cosas a que nos referimos.
Pero quizás haya que superar las exclusividades y apostar por la integración de la complejidad. Es esta integración la que da lugar a las etapas más fecundas de la historia. Para algunos un ejemplo de ello fue la conjunción de intelectuales y trabajadores en Mayo del 68.

Nosotros vamos a ahondar en los paradigmas más generales que hoy marcan el rumbo de las cosas en nuestras sociedades, empezando por las diversas perspectivas que va adoptando la ciencia.

 El término «paradigma» designa, según Kuhn[1], todos los compromisos compartidos por una comunidad de científicos. Por un lado, los teóricos, ontológicos, y de creencias y, por otro, los que hacen referencia a la aplicación de la teoría a los modelos de soluciones de problemas. 

Hoy se extiende a visiones de otros campos de la cultura tanto de occidente como de oriente.

Cuando un científico habla de algo que no es su materia suele pasar lo mismo que cuando el teólogo se inmiscuye en lo que no es suyo.
Tan reprobable como la excomunión a Galileo por decir que la tierra se mueve en contra de lo que aparece literalmente en los comienzos de la Biblia,  podríamos decir que es hoy el desprecio de ciertos científicos a toda esa forma de pensamiento que caracteriza tanto a la tradición del mundo oriental como al nuestro: suponer que además del movimiento de los cuerpos físicos existen otras realidades en las que estamos inmersos, esa realidad última que nunca podrá ser objeto del mismo tipo de razonamientos.[2]  Ese mundo en que se mueven los grandes relatos que han guiado a la humanidad y han facilitado la convivencia. Se diría que estamos lejos de esa “cultura del conocimiento desinteresado” de que hablaba Nietzsche (Aurora 168).
Incluso la ciencia cuando además de constatar regularidades busca una legitimación última ha de recurrir a otro tipo de pensamiento:

+ Tal vez sea la India el país que más ha contribuido a "lo que Leibniz llamó la Filosofía Perenne cuyo núcleo se puede resumir en cuatro presupuestos fundamentales:
. El mundo que percibimos no es toda la realidad sino un mero aspecto de una totalidad más amplia, la parte o manifestación asequible a nuestros sentidos.         
. La realidad trascendente puede ser captada por el hombre mediante un conocimiento directo, "contemplativo", que va más allá de la mera especulación y une al conocedor con lo conocido.         
. Esta posibilidad de captación se basa en que el hombre mismo participa de esta realidad inasequible a los sentidos ordinarios, posee un ser trascendente tras su fachada fenoménica con el que puede identificarse mediante determinadas prácticas.           
. El conocimiento inmediato, unitivo, de esta realidad trascendente libera de las contradicciones y miserias de la existencia humana.
 Estos cuatro presupuestos son, según la expresión de Leibniz popularizada por Huxley, como el máximo común divisor de todas las grandes religiones".[3]

Para Capra estos presupuestos constituyen “el más consistente fondo filosófico para el nuevo paradigma científico.” [4]

+ El sinólogo Richard Wilhelm[5] nos viene a decir: el Dios del que se nos hablaba en nuestra juventud está muerto, ese Dios que empuja desde fuera, su sitio ha quedado vacío; pero hemos de mirar dentro del hombre, no como individuo sino como totalidad imbuida del espíritu humano.
Es el noli foras ire que dijo ya el de Hipona[6]
Todas las culturas vivas y que nos hacen vivir, concluye Wilhelm, han de saber convivir y complementarse y, con ello, fructificar.

Y es que el mapa no es el territorio.
Y es que la “realidad última” – nos dice F. Capra[7]  - “nunca podrá ser adecuadamente descrita con palabras, porque está más allá de los sentidos y del intelecto, del que derivan todas nuestras palabras y conceptos”; supone un estado no ordinario de conocimiento que podemos llamar estado “meditativo” o “místico”, un tipo de conocimiento intuitivo.  

Y Richard Wilhelm nos lo dice así: Hay dos formas de ver el mundo:
La observación que acumula características y saca conclusiones para formar juicios con ellas,
La intuición, un conocimiento que va más allá de la lógica, sin contradecirla, que capta la interioridad del hombre y las cosas a la que llega de forma directa, es el principio fundamental de toda creación cultural. [8]
Ernest Ludwig Kirchener
Este tipo de conocimiento se da tanto en el mundo de la ciencia como en el misticismo sobre todo oriental. Así, la manzana de Newton, la bañera de Arquímedes, el niño en la playa de S. Agustín…, intuiciones luego desarrolladas en el lenguaje corriente o científico, son ejemplos de lo primero; las técnicas de meditación y los caminos del yoga de que nos hablan las tradiciones orientales son ejemplo de lo segundo.
La intuición es un tipo de conocimiento que se da a diversos niveles, de forma momentánea como en el chiste o la ocurrencia, y de forma duradera como en los relatos de los sabios que han marcado el rumbo de la humanidad o en las técnicas de meditación de nuestros místicos o del mundo oriental, así el Bhagavad Gita, o lo que nos dice ChuangTzu: “La mente calmada del sabio es un espejo… reflejo de todas las cosas.”

Lo que está claro es que las explicaciones tanto de los físicos como de los místicos hacen referencia a un limitado mundo de fenómenos. Pero tienen similitudes:
- Los físicos: experimentan el interior de la materia con sofisticados instrumentos.
- Los místicos: el interior de la conciencia con sofisticadas técnicas de meditación.

+ También Habermas [9] distingue:
-        Paradigma de la producción en la esfera técnica, relación hombre – cosas, que se rige por la productividad.
-        Paradigma de la interacción humana en la esfera social, la relación entre personas, que se rige por valores éticos y estéticos orientados a la convivencia. Incluso Nietzsche hablará de los valores que subyacen en los mitos compartidos por la colectividad. Va más allá del sujeto de la razón ilustrada y hace pie en el mito como “fuerza de integración social” (Ej. Wagner 1º)
-         




2.     El paradigma científico-técnico

En un mundo tecnificado da la impresión de que la física y la biología han invadido todos los campos del saber.                                                                                Ver: Google Pinker, Imágenes
Si hemos de creer a Pinker,[10] las altas   tecnologías de la información y la computación   nos aclaran los secretos de la mente:
- Sus creencias y recuerdos no son más que colección de información en una base de datos.
- Pensar y planificar no es más que transformar estos datos mediante operaciones informáticas.
- Los deseos e intentos son circuitos que se retroalimentan así:
 El mundo -> actúa en los órganos sensoriales -> y estos en la mente que procesa <- devolviendo al mundo una reacción a través del sistema motor.
Y recurre a Chomsky: [11] La mente no es una tabla rasa, sino que, tiene que haber en la mente del niño un “mecanismo innato”, a la manera de las ideas innatas del racionalismo, un órgano que conecta sonidos y representación, capaz de organizar los estímulos verbales caóticos que recibe y es común en todas las gramáticas del mundo.

     
No un alma o un yo, sino algo similar al “hardware” (masa cerebral) y “software” (programas en el fondo comunes a todas las culturas)

…………………….
Así se pretenden resolver todos los problemas que plantean los variados sistemas de procesado de datos, así los referentes a las inteligencias múltiples: verbal, espacial, numérica, memoria, razonamiento…  O la simplificación de datos similares por semejanza, relación o complementariedad. Y esto vale para juegos lingüísticos tan dispares como descriptivo, prescriptivo o performativo. (Ejs. Eso es blanco, Ven acá, Se abre la sesión).  Lo que no es poco suponer.
…………………….
La biología, sigue Pinker, se explica por una teoría computacional, la mente lo mismo. La neurociencia tiende un puente entre la mente y la materia. Así Crick, en “La búsqueda científica del alma”: todos nuestros pensamientos y sentimientos, alegrías y penas, sueños y deseos consisten en actividades fisiológicas del cerebro. 
El yo, continúa Pinker, no es más que una red de sistemas cerebrales que en conjunto crean la ilusión del yo. Y argumenta con ejemplos: Así, cuando un obrero sufrió la perforación del lóbulo central y sistema límbico cambió totalmente de personalidad se volvió agresivo cuando antes era educado. O el hecho de que Einstein creara sus teorías fue gracias a sus grandes lóbulos parietales y su factor espacial muy desarrollado. O los homosexuales lo son porque tienen el hipotálamo pequeño y los asesinos porque tienen la corteza prefrontal pequeña y no inhibe el impulso. (L. c. págs. 76-80)   
En resumen, nada se aprende, hay una matriz organizada genéticamente que solo admite ligeras modificaciones.

Ya con esto sobran las preguntas sobre todo lo que perturba la convivencia humana.

 La genética, continúa el puente entre mente-materia. [12]
Todo está en el ADN, especie de nanotecnología que libera, une y recicla las neuronas y los neurotransmisores.
Nuestro autor tiene claro lo que hay de este lado del puente…

V. Google
Así los chimpancés normales y los bonobos apenas difieren en ADN; pero los primeros agresivos y sólo sexo para procrear y los segundos pacíficos y sexo por placer.
Los humanos gemelos univitelinos u homocigotos (un solo óvulo fecundado que luego se parte en dos iguales) tienen el mismo sexo y carácter.
Hay genes en los cromosomas que dan lugar a distintas conductas verbal, espacial, emociones, inteligencia general… siempre interactuando con otros muchos y con gran probabilidad.  Son los genes y el ambiente (ej. Woody Allen entre apaches no tendría nada que hacer) los que marcan la personalidad.

La evolución: la selección natural explica el “simulacro de ingeniería” o la “ilusión de diseño” presente en la naturaleza. No hay finalidades, todo fruto de la selección natural.
Así se explican nuestros afanes más profundos. Las leyes que parecen regir el universo son construcciones fortuitas, pura casualidad.
Aquí ya ha desaparecido el puente.
El hombre = conjunto de circuitos que procesan representaciones del mundo y a su vez alimentan otros que lo interpretan mediante conexiones causa-efecto y otras categorías que posibilitan predicciones útiles y respuestas adecuadas. (Ibidem pág. 90)


               Circuito                procesador de información

Formación de categorías lógicas predictivas

Circuitos que  interpretan conectando: c.-ef
 
                



      ->                     ->    ->
                                                                I  


Rtas. a neces.: hamb, mied,                                      amor
<<<<


La ingeniería de la mente se desarrolla continuamente, sus facultades cognitivas y emocionales son complejas y útiles: ¿Diseño divino / Selecc. Nat.?  Bastaba decir que son procesos adaptativos sin más.
Y con esto ya hemos pasado al otro lado del puente.

Pero cuando se habla de relaciones humanas, lo social, la cosa se complica, entra la psicología más que la biología, no es tan fácil saber lo que más interesa al individuo. Pero Pinker no se arredra:
.  La selección natural es moralmente indiferente (Dawkins, El gen egoísta); pero todo depende de las situaciones, así con la aparición del lenguaje oral y escrito cambian las reglas para la supervivencia y reproducción: al comunicarse los hombres intercambian conocimientos e impulsos desconcertantes,  sí transmitidos por la selección, aunque reprimidos según Freud; incluso etnólogos, paleontólogos y Chomsky en especial consideran que la mente evolucionó con un “complejo diseño universal”.
…………………….

Y ya tenemos el salto; y una vez aquí ya aparecen las representaciones más abstractas universalmente compartidas por todos los bípedos erectos sin distinción de razas ni fronteras. Todo ello un arduo trabajo de la biología y su poder de interrelación cuyos resultados va almacenando en su base genética donde encierra toda la información posible sobre impulsos, sentimientos y todo tipo de razón en cualquier grado de abstracción.
 El genoma – nos dice - encierra toda la información.
La mente humana viene equipada con una batería de sentimientos, impulsos y facultades para razonar y comunicarse común a todas las culturas que fueron configuradas por selección natural en la evolución y deben su diseño a la información presente en el genoma.
Todo sería el resultado de una especie de “lotería genética”. Pero ya hoy con el desarrollo de la ciencia capaz de modificar esos genes podemos hablar de “ingeniería genética” y pronto de “supermercados genéticos”.[13]
 
El cerebro es un “mecanismo físico”, una disposición de materia que convierte los imputs en autputs de forma determinada. Si bien sus genes (34.000) son poco más del doble que los de la lombriz intestinal (18.000), éstos son capaces de generar proteínas que dan lugar a órganos y múltiples combinaciones. Hasta construir un cerebro complejo.

Y concluye Pinker: “Si el amor, la voluntad y la conciencia no son labor del alma sino funciones meramente “biológicas” – es decir, adaptaciones evolutivas implementadas en el circuito del cerebro - el espíritu podría jubilarse para siempre”.  (Ib. 99).

En ciencia está demostrado que lo que llamamos alma consiste en una actividad de procesado de información del cerebro, órgano gobernado por las leyes de la biología. (330). La mente es una misteriosa forma de materia que segrega el cerebro… No puede determinar su propia naturaleza pues para conocerse sólo cuenta consigo misma. [14] (Ib. 353).
Y al parecer no cuenta para nada con los grandes relatos que la humanidad ha ido construyendo a lo largo de los siglos.

El tema de la libertad y la responsabilidad es considerado como el fantasma de la máquina. Es el castigo el que disuade del mal dejando marcas en la corteza prefrontal. Todo es cuestión de eficacia, ser operativos.  Ni voluntad ni alma ni yo.


Hasta aquí hemos seguido a Pinker que parece concluir: la naturaleza humana está constituida sólo por contextos económicos cuantificables.

WAGENSBERG, en su obra El pensador intruso[15] observa que las matemáticas son un juego diferente a las ciencias cuanto no pueden contrastarse directamente con la realidad como aquellas. Y consultando a una serie de matemáticos sobre esto, una pate de ellos afirman que suponen una vida intelectual independiente de la realidad material, mientras que otros confiesan tener una relación íntima terrenal y promiscua con esa realidad.
A juzgar por el contexto él parece estar más de acuerdo con los segundos. Pues a pesar de sus elogios de la interdisciplinariedad (págs. 59 ss.) como enriquecedora del pensamiento parece que ésta sólo tiene lugar entre las ciencias cuyo objeto es la comprensión del mundo siempre en progreso y en las artes basadas en intuiciones cambiantes y emancipadas de toda función religiosa o social hasta llegar al arte por el arte; pero donde el mundo de las creencias, de las revelaciones y tradiciones como mundo estancado tiene poco que aportar.
La evolución manda y la selección natural nos va regalando el gusto por el juego y con él la cultura, pero no se queda ahí, seguirá “la selección natural de la selección cultural”. (254) Y hemos llegado ya a unos estadios del progreso donde han quedado atrás no sólo el homo habilis, el erectus y el cavernícola con sus mágicas pinturas rupestres sino también las viejas culturas que desde el Rio Amarillo se van desarrollando en las cuencas de los ríos Ganges, Indo, Éufrates, Nilo e incluso en la Grecia clásica. 
Wagensberg es un autor al que guardo gran respeto por su erudición en su materia y su gracia de considerarse como “intruso” en otros campos. Tal vez estos aforismas que publica en la prensa [16] pudieran ser un ejemplo de esa gracia:
“La religión ha tolerado el esclavismo, cuyo fin ha sido sólo gracias a la conquista de la razón. La progresiva industrialización del mundo logra lo que ninguna religión se había planteado siquiera. Según el físico Weinvergr Con o sin religión siempre habrá gente buena haciendo cosas buenas y gente mala haciendo cosas malas, pero para que gente buena haga cosas malas hace falta la religión.
La física cuántica no pretende regular el comportamiento humano cosa que sí hace la religión”.

        No creo que nadie sensato pueda hoy darle la espalda a los grandes adelantos de las altas tecnologías de la información y la computación en los ámbitos de la física, la biología, la genética…siempre con el trasfondo de las leyes de la evolución y la selección natural; pero el quedarse ahí ¿nos da una garantía de que todo ese aparato en engranajes puramente mecánicos, a modo de maquinarias robóticas sin una interioridad que las dirija de una forma compartida por seres humanos capaces de entenderse no se nos escaparían de las manos? ¿No vendría aquí aquella conclusión a que llega Max Weber en su Ética Protestante: “Especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón, ¿estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente”? [17] 


3.     El paradigma científico-interdisciplinar

Es curioso cómo en la descripción que nos hace Capra (Ib. 98 ss.) sobre la Física cuántica viene a concluir que a todos los niveles el universo funciona como funcionamos los seres vivos: atracciones y repulsiones de lo macho y lo hembra.[18]
Lo dice así siguiendo a Schrödinger: Las partículas subatómicas no funcionan como ladrillos aislados sino como una serie de interconexiones en red y el observador dentro. Ya en el átomo están presentes las dos fuerzas: electrón – núcleo, aquél gira tanto más veloz cuanto más cerca del núcleo, se aleja cuando recibe más cuantos de energía y retorna cuando la libera y emite fotones.
Y concluye Capra: “La interacción entre electrones y núcleos atómicos es la base de todos los cuerpos sólidos líquidos y gaseosos, y también de todos los organismos vivos y de todos los procesos biológicos con ellos relacionados”. (Ib. Pg. 105).

Al final le dan la razón a esa antigua sabiduría china que considera el universo todo movido por esas dos fuerzas que se complementan y se intercambian y que antes ejemplificábamos como la noche y el día, la tierra y el sol, lo femenino y lo masculino, pero ahora resulta que también está en los átomos como núcleo y electrón.

¿Acaso esto nos da luz para explicar esa energía excedente que nos hace irradiar algo así como ondas de fotones ante la presencia de un cuerpo envuelto en la belleza de potentes protones?
“Al contrario que en la mayor parte de las religiones occidentales, en el hinduismo el placer sensual nunca fue suprimido, porque el cuerpo siempre ha sido considerado como parte integrante del ser humano y no como algo separado del espíritu… Sus innumerables dioses y diosas… reflejan diferentes aspectos de lo infinito…”[19]

Para el mundo griego EROS era la fuerza primordial que mueve el mundo. [20]  “En el principio era la grieta”. Hesíodo, bajo la inspiración divina de las Musas, no encontró nada más apropiado que poner en el origen de todo el caos, la grieta, la hendidura de la que todo proviene y a la que todo quiere retornar.  Si la inspiración hubiera venido de Júpiter, de Elohim, Allah o del Pachacámac inca, dioses luminosos masculinos, al principio habría sido el espíritu, quizás soplo, quizás sperma, el logos spermatikòs de los estoicos, lo que habría dado origen a todas las cosas.
Cuando Courbet quiso representar el origen del mundo acudió a Hesíodo y pintó un exuberante, realista, sexo femenino. Naturalmente con la consiguiente indignación de los adoradores de Júpiter.
Que el mundo es macho y hembra no es cosa fácil de admitir a juzgar por la cantidad de detractores que tiene la idea. Son muchas y prestigiosas instituciones las que tratan de negar esa evidencia. No sé si fue el obispo Atanasio el que dijo aquello de " Qué sabrán esos eunucos de Antioquía de la generación eterna del Verbo". Al margen de la polémica dogmática del momento, lo cierto es que para el genial obispo un castrado difícilmente puede comprender que haya una generación en el comienzo de todo.
Y cuando hablamos de principio nos referimos tanto al trasfondo o fuerza actuante en el presente como al hipotético origen al que nuestra mente retrotrae el comienzo de todo. Ya Aristóteles lo dijo, Eros es el motor que mueve todas las cosas atrayéndolas hacia sí.            
Cuánta intransigencia, cuánto fanatismo, cuanta crueldad y cerrazón se evitarían si se generalizara esta elemental forma de ver las cosas.
También parece moverse por estos derroteros nuestro Unamuno. [21]
- Según él, la vida es un tejido de contradicciones:
- la razón es el sentido común / la fe defiende el sentido propio
- La lógica método de la razón busca lo común / la cardíaca método de la vida busca lo dinámico, lo paradójico.
La vida es imaginación, se mueve entre mitos, humaniza todo cuanto toca, es creación y no constatación.
Las ciencias se quedan en lo ambiental, lo circundante. Son importantes pero extrañas a nosotros, se quedan fuera de nosotros, sus conocimientos no son fin en sí sino para otros conocimientos.
La vida es fin en sí misma; la filosofía vitalista es imaginación, poesía, locura quijotesca que quiere imponer a las cosas sus propias exigencias. Tal es su afán creativo.
 Hay una lucha de:
- la razón empeñada en racionalizar la vida: resignarse a la muerte.
-  La vida empeñada en vitalizar la razón: obligándola a que sirva de apoyo a sus anhelos vitales. (263) Los grandes genios del cristianismo no hicieron otra cosa que luchar sin tregua por racionalizar su fe. Concluye Unamuno.

Capra (434) considera que los principales problemas de nuestro tiempo – amenaza nuclear, deterioro del medio, hambre y pobreza…- se deben a una “crisis de percepción, una visión del mundo obsoleta apoyada en un paradigma inadecuado para tratar los problemas de nuestro sobrepoblado e interconectado mundo.”
Y los rasgos del mismo son
- un concepto del universo como un sistema mecánico compuesto de “ladrillos” elementales y básicos, el cuerpo humano como una máquina. (Interesa de él todo menos lo que el rostro y el lenguaje pudieran transmitir).
- la vida como una competitiva lucha por la existencia.
- la fe en un progreso material ilimitado en base a la economía y la tecnología.
- el sometimiento de la mujer como algo natural.

Hoy estos paradigmas se consideran obsoletos por el desarrollo de una conciencia ecológica o concepto holístico del mundo: la interdependencia de todos los fenómenos y la integración del individuo en los ciclos de la naturaleza. Y una conciencia espiritual: un modo de conciencia en que el individuo se siente unido al cosmos como un todo.

En su obra El paradigma holográfico Wilber menciona la teoría del físico inglés David Bohm[22]. Este afirma que “el vacío contiene energía que se ignora porque no puede medirse con ningún instrumento”. “La materia es un ligero incremento de energía,” “…es como un pequeño rizo en este océano tremendo de energía, con cierta estabilidad…” y con apariencia manifiesta. Aquel vacío supone una realidad que va más allá de lo que llamamos materia en la que se manifiesta.
“El pensador es como el átomo, forma un conjunto sólido en el tiempo a través de su energía ligada... Tan sólo cuando el individuo ha disuelto su yo tridimensional compuesto de materia bruta puede fluir sin impedimento a través de nosotros la base de nuestro ser.” (55 y 57)

Al final Capra resume el Nuevo Paradigma: (pgs. 439 ss.)


La naturaleza se muestra como una red de relaciones en continuo proceso; pero no máquinas sino organismos. - Esto recuerda el todo fluye de Heráclito o la Danza de Shiva hindú -.
No hay ciencia objetiva sin sujeto: siempre está implicado el “observador participante” de Heisenberg. “Lo que veamos dependerá de cómo miremos.”
Sólo conocimientos aproximados, no definitivos. Según Pasteur: “La ciencia avanza a través de respuestas tentativas a una serie de preguntas cada vez más sutiles, que penetran cada vez más en la esencia de los fenómenos naturales”.
Y concluye: Superviviremos si hay cooperación y no dominación. Pero seguirán las amenazas si no cambiamos los métodos y valores en que nuestra ciencia y nuestra tecnología están basadas, esto es, la creencia de que la comprensión de la naturaleza implica su dominio y control incluidos los seres humanos, manifestándose en todo esto los rasgos del sistema patriarcal.



[1] Kuhn La estructura de las revoluciones científicas.(1962). Cf. wikipedia.org/wiki/Thomas_Kuhn
[2]Ya hubo quien lo advirtió: La idea del Samsara o rueda de las reencarnaciones, es para Schopenhauer la "traducción al lenguaje popular, y en cuanto cabe en su limitación", de la gran verdad de la unidad de todo, "el fin a que tiende toda doctrina religiosa, puesto que todo dogma de fe no es más que una vestidura mítica de la verdad, a la cual no puede elevarse la grosera inteligencia del hombre". Y continúa: "Jamás mito alguno se aproximó ni se aproxima tanto a la verdad filosófica, asequible a muy pocos, como ésta antigua del pueblo más noble y más antiguo, en el cual reina todavía como artículo de fe... Se comprende que Pitágoras y Platón aceptasen con admiración este mito..."  (El mundo como voluntad y representación. Ed. Porrúa. 1987. Págs. 275 – 276).
[3]Carlo Frabetti, Prólogo al Bhagavad Gita. Ed. Bruguera. Bna. 1978.
[4] El Tao de la física. Sirio, 2006. Pág.436
[5] La sabiduría del I Ching. Guadarrama. 1977. Introducción Págs. 27 y 39.
[6] Agustín de Hipona: «Noli foras ire, in te ipsum redi, in interiore homine habitat veritas, et si tuam naturam mutabilem inveneris, trascende et te ipsum». ¡No vayas afuera, entra dentro de ti mismo, en el interior del hombre habita la verdad! ¡Y si encuentras tu naturaleza mutable, trasciéndete a ti mismo! (La verdadera religión Cap. 39). Y aquí un poco más cercano, lo que Octavio Paz dice de Borges: Estuvo siempre atraído por el “otro lado” de la realidad. (Convergencias, Seix Barral 1991. Pág. 64)
[7] El Tao de la física. Sirio, 2006. Pág. 44 ss.
[8] La sabiduría del I Chin. Guadarrama 1977. Pág. 53-54
[9] El discurso filosófico de la modernidad. Taurus 1089. Pág. 112 ss.
[10] PINKER, Steven, La tabla rasa. Paidós 2003. Pg. 62 ss
   [11] Su obra: “Gramática generativa”.
               [12] Pinker, pgs. 80ss.
[13] V. Antonio Domínguez, Transhumanismo y filosofía. El País 13,9,18.
[14] Cita a Ambrose Bierce, El diccionario del diablo.
[15]Ed. Tusquets 2014
[16]El País, 20, 1, 18. En el mismo sitio y en el mismo día tenemos a VICTOR DEL ÁRBOL, Autor de La tristeza del samurái y La víspera de casi todo, premio Nadal y Caballero de las Artes y las Letras en Francia que nos dice: “Escribimos para trascender la realidad que es tan aplastante… que puede llegar a cegarnos. …Los seres humanos necesitamos mirar hacia arriba”.
[17] Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo. Albor, M. 1999. Pág. 225.
[18] Cf. LYOTARD, La condición postmoderna. Cátedra 1987. Cap. 4. La sociedad contemporánea (S. XX) se considera bien bajo la representación de un todo funcional: un organismo vivo (con una economía creciente y una sociedad de bienestar) o según el modelo cibernético (se autorregula al margen de las expectativas de los sujetos: cinismo tecnocrático), bien bajo la visión marxista de una sociedad dividida en clases, dado el asedio que sufre la sociedad civil por el capitalismo. (Una lucha integrada en los países liberales y eliminada en los totalitarios). Sin base social esta teoría queda como utopía, es decir, en decadencia. 
 [19]  Capra, l. c.  pg. 129 – 131.
[20] Para Platón el amor nos lleva de belleza en belleza hasta la belleza suma; la felicidad (eu-daimonia): tener un buen duende y no un mal-anje. Y Aristóteles: El primer motor mueve todo por atracción como Eros.
[21]  Seguimos el estudio de José M. Sánchez Ruiz Razón, mito y tragedia. Ensayo sobre la filosofía de Unamuno. PAS. Verlag. 1964, pg. 255, 257.
[22] Cf. Ken WILBER, El paradigma holográfico. Kairos 2008, págs. 80 y 55-57.

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