IV. FEUD.SU TEORÍA DE LA PERSONALIDAD Y LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS
Para Freud hay todo un mundo subconsciente e
irracional que burla de distintas maneras nuestra razón y determina nuestros
actos. Todas las tendencias en el hombre se reducen a instinto sexual
transformado o sublimado. Todos nuestros esfuerzos en el trabajo, en las
relaciones humanas, en el arte... no son más que medios o formas disfrazadas de
satisfacer nuestra libido o apetencia sexual.
Freud ha tenido una influencia decisiva
en la cultura del siglo xx y no sólo en el campo de la psicología. No se
entiende la obra de algunos de los músicos, pintores, escritores y cineastas
más celebrados del siglo XX sin la influencia de Freud. Woody AIIen, Luis
Buñuel, Jacques Lacan y Salvador DaIí, entre muchos otros.
11. LA
PERSONALIDAD
A. ZONAS
Ante todo Freud distingue diversos niveles de nuestras
actividades según el mayor o menor control que tengamos de ellas.
- Consciente: lo constituye todo aquello que controlamos con
nuestro pensamiento, que nos podemos representar. Ej. Soy consciente de mi
dolor de muelas.
- Preconsciente: todo lo que de inmediato no lo tenemos presente
pero podemos llegar a darnos cuenta de ello de forma natural. Ej. Lo que puedo
recodar de ayer.
- Inconsciente: todo aquello que está actuando en nosotros sin
que nos demos cuenta de ello, todas las marcas que han dejado las experiencias,
sobre todo traumáticas, del pasado y que hemos sepultado en el olvido. Ej. Los
instintos que nos impulsan sin nosotros saberlo, las psicosis o comportamientos
desajustados con la realidad cuyo origen desconocemos.
B. FUERZAS:
En segundo lugar distingue las fuentes principales de nuestros
impulsos.
- Ello: conjunto de fuerzas instintivas que están marcando la
dirección de nuestros comportamientos sin que nos demos cuenta, sobre todo las
pulsiones sexuales que estarían al fondo de todo lo que hacemos. Se rige por el instinto de vida o principio de placer (eros) y el de muerte o
destrucción (thanatos).
- Yo: lo que controlamos con plena conciencia y de lo que nos sentimos
responsables. Se rige por principio de realidad adaptándose a
normas. Es el principio apolíneo que
filtra los deseos primarios.
- Superyó: Toda una serie de mandatos heredados de nuestros padres y
nuestra cultura que nos marcan lo que se debe y lo que no se debe hacer. La
llamada conciencia moral. “El superyó
censura y castiga los impulsos o actos innobles y aprueba los nobles.”
C. LA REPRESIÓN Y LA CENSURA.
Esas fuerzas que están en nosotros están en continuo
conflicto: el ello o pulsiones instintivas pugnan por salir,
por dar rienda suelta a dodos los deseos; el superyó lo
reprime conforme a los mandatos del padre y las normas sociales; y el yo pone orden ajustando el principio
de placer que guía al ello, al principio de realidad que viene dado por el yo y
el superyó.
La censura es esa fuerza represora que contiene a todas las
tendencias que pudieran ser antisociales, y lo hace con tanta mayor
fuerza cuanto de pequeño ha vivido con padres excesivamente protectores.
Llegando a crear desajustes con el resto de la sociedad y consigo mismo que se
manifiestan como neurosis.
2. ETAPAS DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD.
- El niño recién nacido es puro ello. Sólo se mueve por el
principio del placer y lo experimenta antes que nada centrado en los labios al
mamar o chupar lo primero que se le acerca. Es la fase oral.
- Luego viene la fase
sádico-anal, más o menos desde los 18
meses hasta los tres años, coincide
con la aparición de los dientes y los primeros controles de los excrementos. El
niño buscará satisfacción autoerótica mediante la expulsión y retención de los
mismos. El niño aprende las primeras reglas de convivencia: ir al baño por sí
solo, ser limpio y ordenado, llevarse bien con otras personas, etc.
- Finalmente aparece la fase fálica en que
empieza a descubrir placer en los genitales. Va desde los tres a los cinco o seis años de edad. Con la
exploración del cuerpo los intereses del niño se vuelven a los genitales y a
los placeres asociados con su manipulación, y exploración. Al igual
que en las etapas anteriores, en esta se desarrolla un conflicto entre la
curiosidad del niño por sus órganos sexuales y la actitud de censura de los
padres y de la sociedad respecto a la sexualidad.
Surge en esta etapa el complejo de
Edipo, que consiste en que el niño desarrolla un afecto sexual hacia su
madre y ve a su padre como un rival, produciéndole una serie de sentimientos
encontrados y ambivalentes porque, por un lado, el padre es modelo de virilidad
y superioridad y, por otro, se convierte en un ser temido y odiado porque lo
puede castrar por sus sentimientos hacia su madre ("ansiedad de
castración").
Si el desarrollo es normal, el
niño abandona estos deseos amorosos y termina asumiendo la función masculina
más parecida a su padre. En cambio, si hay demasiada condescendencia o
frustración, puede generarse en el niño graves conflictos con consecuencias a
largo plazo.
En el caso de la niña, este
proceso de "enamoramiento" se da hacia el padre y se denomina
"complejo de Electra". Su conflicto con la madre rival por un lado,
madre amorosa y modelo de feminidad por otra y sobre todo la responsable de su
carencia de pene. Según Freud , este es el punto de origen de los sentimientos
de inferioridad de las mujeres respecto de los hombres.
- Desde los 6 a los 11 o 12
años se produce un período de "latencia" que no representa una etapa
psicosexual, sino que de consolidación y afirmación de rasgos y habilidades
adquiridos en las etapas anteriores..
- Etapa Genital: Se
desarrolla durante la pubertad y constituye el último período significativo de
desarrollo de la personalidad. Igual que en la etapa fálica son los
órganos sexuales las zonas erógenas fundamentales. Pero, en la primera, la
sexualidad es primitiva y rudimentaria, centrada sobre todo en el individuo
mismo, en tanto que en la etapa genital, la sexualidad alcanza madurez y se
hace heterosexual.
Algunos rasgos propios de esta etapa
genital podrían ser: la capacidad de socialización e integración, progresiva
satisfacción de sí mismo tendencia a ir resolviendo los conflictos
contradictorios de su personalidad, capacidad y confianza en lo que hace.
Las perturbaciones más corrientes de la personalidad provienen
de fijaciones o retención excesiva en una de las etapas por mimo o
falta de estímulos; o bien por regresiones a etapas anteriores
ante las dificultades en afrontar la etapa siguiente, sea por traumas vividos
en referencia a los padres o a otras personas que marcan al individuo de forma
especial.
3. LOS SUEÑOS
Camino real para llegar al inconsciente. Con el sueño se aflojan
los controles de la censura y dejan pasar del inconsciente a nuestra conciencia
los impulsos reprimidos; aunque siempre disfrazados de formas más o menos
admisibles.
Para F. todo sueño es realización de deseos disfrazados mediante
transferencias, sublimaciones, simbolizaciones, desplazamientos.
- Transferencias: cambiar el objeto de nuestros sentimientos de
una persona a otra. Así el que confunde al psiquiatra con su padre.
- La sublimación que transforma instintos en
algo bello o en arte.
- Los símbolos tienen gran importancia en F.: poner una cosa en
lugar de otra con la cual guarda algún tipo de semejanza. Así los símbolos
fálicos, cualquier cosa alargada, o los símbolos femeninos, algo en forma d
recipiente. La pintura simbolista se inspira en F.
- Desplazamientos: paso de un objeto o una situación a
otra con la que guarda alguna conexión.
* La madurez humana consistiría en
- Conocerse sin miedo, tomar conciencia de todo nuestro
pasado olvidado sea por la represión sufrida sea por los traumas recibidos y
asumir nuestra pertenencia a un mundo amplio donde comunicarse y encontrarse
con nuestros semejantes más allá de la propia familia.
- Orientar nuestras fuerzas de forma
productiva y en forma socialmente reconocida. Equilibrio entre los principios
de placer y de realidad, dominar los instintos
primarios y sublimarlos por otros procedimientos: la creación artística, la
música o la literatura
4. ¿FREUD
PROFETA DE LA POSTMODERNIDAD?
En el
hombre civilizado se produce una continua lucha entre naturaleza y cultura. Es
la lucha entre las tendencias al placer, al dominio y a la agresividad, y las
exigencias de la cultura, que prohíbe la satisfacción directa de esas
tendencias. El futuro depende, según Freud, de la capacidad cultural para hacer
frente a las perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de
agresión y de autodestrucción.
La sospecha de Freud introduce una hipótesis
de trabajo que ninguna mente mínimamente exigente puede descartar
Freud parte de que hay que despejar las
falsas ilusiones con la ciencia al modo de los estadios de la humanidad de
Comte (teológico, metafísico, positivo). Pero por otra parte esa misma ciencia viene a
ser una creación más surgida en la dialéctica entre el yo y el super-yo para
ajustarse a la realidad en que nos ha tocado vivir. También la religión es como
una neurosis que el individuo civilizado ha de atravesar para dar el paso de la
infancia a la madurez.
Pero Karl Popper, cuestiona el carácter científico del planteamiento
freudiano poniendo de manifiesto los apriorismos no científicos que están en su
base. Así en su propuesta de interpretación
de los sueños. [1]
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